Aramco también se ha movido a la baja en sus resultados del primer trimestre, debido al abaratamiento del crudo y del gas natural. Sin embargo, el Estado saudí (dueño del 98%), y por tanto, el príncipe heredero, Mohamed bin Salman (que, al parecer, no ha sufrido un intento de asesinato la pasada noche, según Arabia Saudí, como se había difundido por Twitter y Telegram), no sufrirán, porque se eleva el dividendo trimestral a casi 30.000 millones de euros (28.843 millones, en concreto, al sumar el base y el vinculado al desempeño)... y eso ha evitado el castigo bursátil (la cotización asciende un 0,17%).

La petrolera saudí y la mayor del mundo ha visto reducidos sus ingresos un 4,8%, a 108.399 millones de euros. Por su parte, el beneficio neto ha bajado un 12%, a 25.588 millones. Todo ello por los menores precios del crudo y del gas, porque los gastos operativos se han mantenido bastante estables (-0.8%), situándose en 58.377 millones.

“De cara al futuro, espero que nuestra cartera siga evolucionando a medida que pretendemos contribuir a una transición energética que ofrezca soluciones a los desafíos climáticos, pero que al mismo tiempo reconozca la necesidad de suministros de energía asequibles, fiables y flexibles” señala su presidente y CEO, Amin H. Nasser

Amin H. Nasser, presidente y CEO de Saudi Aramco

 

Aramco ha querido destacar que las condiciones del mercado han sido mejores que en el anterior trimestre, porque el precio del petróleo de crudo ascendió ante los menores inventarios mundiales y la mayor demanda prevista. Eso sí, en la comparación con el primer trimestre del año pasado, se ha visto afectada por el abaratamiento del crudo y del gas, como el resto de las petroleras mundiales: así lo hemos podido ver en BP, ShellPemex, Eni, Exxon Mobil, Chevron y Repsol. Hasta ahora, sólo ha habido tres excepciones: Galp, que ganó un 35% más; TotalEnergies, que incrementó su beneficio ligeramente un 3%; y Cepsa, que redujo sus pérdidas.

“De cara al futuro, espero que nuestra cartera siga evolucionando a medida que pretendemos contribuir a una transición energética que ofrezca soluciones a los desafíos climáticos, pero que al mismo tiempo reconozca la necesidad de suministros de energía asequibles, fiables y flexibles” ha señalado el presidente y CEO de Aramco, Amin H. Nasser. Unas declaraciones que no son baladí porque hace unos meses fue nombrado consejero de BlackRock, y ya saben que dicho fondo ha dado un giro y ahora pone la economía por delante de la ecología.

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En paralelo, cabe tener en cuenta que Arabia Saudí y Rusia continúan doblegando a Occidente al hilo de los precios del petróleo. La OPEP+, es decir, la OPEP -liderada por Mohamed bin Salman, a quien ya blanquea hasta el Foro de Davos- y sus aliados (liderados por Vladimir Putin, que acaba de iniciar su quinto mandato como presidente ruso), llevan bastante tiempo manteniendo la producción a la baja, y la tensión creciente en Oriente Medio tampoco resulta de ayuda. Hace poco más de un mes, cuando Bin Salman se vio con Pedro Sánchez el petróleo alcanzó los 91 dólares, ahora cotiza ligeramente por encima de los 83 dólares... y habrá que ver si la entrada de Israel en Rafah tiene alguna consecuencia en el precio... o no.