El Foro Económico Mundial ha decidido celebrar su primera reunión especial, fuera de la que tiene lugar cada año en enero en Davos (Suiza), en Riad, la capital de Arabia Saudí. De esta forma, el citado Foro contribuye al blanqueamiento de su príncipe heredero, Mohamed bin Salman, a pesar de que junto a Vladimir Putin, doblega a Occidente a través del petróleo: los recortes de producción elevaron el precio a principios de mes.

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La cita en la capital saudí reúne a 1.000 líderes mundiales, entre los que no estará Pedro Sánchez (demasiado ocupado en su reflexión personal y en su decisión de seguir), los días 28 y 29. Jefes de Estado, de gobierno y líderes de opinión del sector público y el privado debatirán con organizaciones internacionales, instituciones académicas y ONGs sobre los desafíos actuales, como los geopolíticos tras las tensiones en Oriente Medio y la guerra de Ucrania; así como los desafíos de desarrollo, promoviendo mejorar la colaboración global; y las tendencias de transformación y las políticas económicas para “idear soluciones sostenibles”. Además, la energía será otro de los temas, en relación a la “necesidad de lograr un futuro neto cero” a través de una “transición energética global inclusiva”.

De todo esto se hablará en Arabia Saudí, un país que no es una democracia, sino una monarquía absolutista; donde no existe la libertad religiosa y la religión oficial el islam (en concreto, la rama suní); y que es el segundo país del mundo con mayores reservas de petróleo bajo tierra, sólo tras Venezuela. Pero no estará entre los temas de debate el asesinato del periodista Jamal Kashoggi, que tuvo lugar en el consulado saudí de Estambul (Turquía) en 2018. Recuerden que incluso EEUU ha contribuido a que los culpables de un asesinato que su Departamento de Estado calificó de “atroz” se vayan de rositas: en noviembre de 2022, con Joe Biden al frente de la Casa Blanca, ese mismo Departamento refirió que Mohamed bin Salman era inmune a la demanda que la prometida de Kashoggi presentó ante un tribunal estadounidense. Y todo ello a pesar de que en campaña, Biden prometió ajustar cuentas con el principe heredero saudí. 

Un blanqueamiento de Mohamed bin Salman dentro de todo Occidente, en el que también ha entrado Sánchez. De hecho, a principios de este mismo mes, viajó a Riad para hablar con el príncipe heredero saudí del conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. Tampoco se puede olvidar que a través del fondo soberano PIF, Riad ha entrado en el capital de Telefónica y ya tiene el 9,9% del capital, por ahora, más que el Estado español a través de la SEPI (6,169%).