Shell se ha situado como otra petrolera a la baja por el abaratamiento del gas en el primer trimestre, tras Pemex, Eni, Exxon Mobil, Chevron y Repsol, mientras que TotalEnergies elevó ligeramente su beneficio y Cepsa se quedó a las puertas de decir adiós a las pérdidas. Sin embargo, ha logrado premio bursátil (su cotización sube un 2%), al dejar el negocio de generación y venta de energía en China, y anunciar una nueva recompra de acciones por unos 3.270 millones de euros.

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La petrolera anglo-neerlandesa ha bajado sus ingresos un 16%, a 69.772 millones, en gran parte, por la caída del 18% en los ingresos del negocio de exploración y producción (llamado upstream en el argot petrolero) debido al barato gas natural (-26%). Por su parte, el beneficio neto se ha reducido un 15%, a 6.910 millones, afectado por partidas contables excepcionales vinculadas al valor de los derivados de materias primas y al impacto de los tipos de cambio.

A pesar de estos descensos en ingresos y beneficio, el CEO, Wael Sawan, ha presumido de “otro trimestre de sólido desempeño operativo y financiero” y de cumplir los objetivos del Capital Markets Day. En paralelo, Shell ha dejado el negocio de generación y venta de energía en China, dentro de la estrategia de centrarse en operaciones más rentables. Eso sí, no hará lo mismo con el negocio de carga de vehículos eléctricos que tiene en el gigante asiático y considera un mercado de crecimiento clave para la empresa, según ha señalado un portavoz de la petrolera a Reuters, contribuyendo a la transición energética del país de Xi Jinping.

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Esto último gustará a algunos de sus accionistas, entre ellos la empresa francesa de gestión de activos Amundi y Axa Investment Managers (propiedad de la aseguradora gala Axa), que consideran que cumplir los objetivos del Acuerdo de París es “fundamental para preservar la salud de la economía mundial”, y han pedido al resto de accionistas a que muestren su apoyo a una mayor acción por el clima, como recoge Expansión. Pero ojo, el movimiento llega después de que Shell aminorara la reducción de emisiones hace poco más de un mes, cuando actualizó su estrategia de transición energética, apostando por una que sea equilibrada y ordenada desde combustibles fósiles a soluciones energéticas bajas en carbono para mantener un suministro seguro y asequible.