Parece que Ryanair, por fin, ha empezado a bajarse del burro. Y es que ha aflojado la tensión laboral que había en Irlanda, donde tiene su sede, siendo premiada por ello en bolsa, donde ha recuperado más de lo que perdió en la huelga del pasado 10 de agosto.

En dicha jornada, sus acciones cayeron un 4,17%. Pero este jueves, la cotización de la aerolínea de bajo coste se ha llegado a anotar subidas superiores al 7%, aunque a hora y media del cierre de sesión, el entusiasmo decreció hasta alzas por encima del 5,6%.

Todo esto tras lograr un acuerdo con los pilotos de Irlanda… que abre la puerta a la posibilidad de resolver los conflictos laborales que tiene abiertos en varios países europeos, entre ellos, en España. Según el periódico The Irish Times, la low cost que dirige Michael O’Leary habría aceptado nueve de las once demandas del sindicato, por ejemplo, un sistema justo y transparente para transferir personal entre bases europeas.

Tiene abiertos varios conflictos laborales, sobre todo, porque sus empleados exigen que les aplique la legislación laboral de cada país

Parafraseando al fallecido astronauta Neil Armstrong en su llegada a la luna, se puede tratar de un pequeño paso -es sólo un acuerdo en Irlanda-, pero puede ser un gran salto en el resto de conflictos laborales abiertos con pilotos y tripulantes de cabina de varios países que, sobre todo, reclaman que Ryanair aplique la legislación laboral de cada país en que opera.

Eso sí, el fin no es tarea fácil porque los empleados y sindicatos han llegado a exigir un cambio de modelo de negocio a los accionistas, hay demandas judiciales y no ha desaparecido la sombra de una nueva huelga en septiembre. Además, a todo esto se suma el ‘matonismo laboral’ de la low cost, que no ha dudado en amenazar a sus empleados y en alguna que otra chapuza como las compensaciones a pasajeros a través de cheques que no se podían cobrar.