Sr. Director:

En nuestra sociedad actualmente no son pocos los que trabajan por la paz en la política, la economía, el derecho, la sanidad, y asociaciones varias, en las que colaboran hombres y mujeres, jóvenes y mayores, los que vemos la transmisión de los valores humanos en defensa de la vida, del matrimonio, de la libertad en un ejercicio palpable de generosidad y de la solidaridad. Todos somos llamados en conciencia a renovar la sociedad, a defender la convivencia pacífica en el respeto de los derechos de todos, y a esforzarnos con esperanza para el progreso real en humanidad. Las guerras siempre interesadas de unos pocos, que no quieren cargar con los muertos, con la aceptación social de los atentados a la vida como el aborto y la eutanasia constituyen la mayor regresión que puede acabar con la civilización occidental.

Sin embargo, también crece la oposición a esta cultura de muerte por parte de juristas, políticos, médicos, escritores, y artistas que siguen proclamando bien alto y con perseverancia que la vida es el mayor bien, la base de toda civilización digna de este nombre y siempre un don de Dios. Si muchos se empeñan en destruir el tejido social excitando la mentira y el egoísmo, otros muchos seguiremos proclamando el valor supremo de la vida humana.

El domingo 10 de marzo ¿Recuerdan? se celebró de nuevo la “Marcha Sí a la vida”, y se volvieron a reunir miles de personas en defensa de la vida con globos verdes, color de la esperanza, con muchos jóvenes que proclaman con alegría el Sí a la vida, demostrando que ninguna batalla está perdida y que el progreso humano hay que conquistarlo cada día.