Este fin de semana daba comienzo la Feria de Abril, y hasta Sevilla se iba la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que para algo es su ciudad natal. Pero para sorpresa de Marisu, no se encontraba con el cariño y el apoyo de sus paisanos, sino que un grupo de jóvenes se le acercó al grito de "¡Traidora, traidora!", a lo que Montero sin salir de su asombro preguntaba "Traidora, ¿por qué? No, no".

Pobre Marisu, no lo entiende, ¿por qué la llaman traidora? Pues bien, vamos a ayudarla. Quizás, sólo quizás, la llaman traidora por su paso por Andalucía, en la que estuvo 16 años seguidos como Consejera. El primero en confiar en ella fue Chaves, quien la puso al frente de Sanidad, como médico que es. Lo hizo tan bien, tan bien, con la sanidad pública andaluza, que el siguiente presidente, Griñán, la puso al cargo de Hacienda, donde Susana Díaz la mantuvo. En esos años, disparó la deuda pública andaluza de 21.251 millones de euros que contabilizaba a 34.300 millones de euros, lo que le valió un ascenso a Ministra de Hacienda con Sánchez. 

Pero igual los chavales le han llamado traidora por su papel en la Amnistía y en la negociación con catalanes y vascos para conseguirle a Sánchez el Gobierno, vendiendo a España y a Andalucía. Y ojo, que ella disparó la deuda como Consejera, pero a quien les perdonó la suya fue a los catalanes. Sobre la Amnistía, Montero defendió que no era constitucional, para más tarde y sin vergüenza ninguna asegurar que era necesaria y constitucional. 

Aunque ese grupo de chicos puede referirse a que durante esos 16 años como Consejera tuvo lugar la mayor trama de corrupción que ha afectado a España, los ERE. Ella supuestamente no se enteró de nada, ni cuando estaba al frente de Hacienda, y no sólo eso, sino que cuando Chaves y Griñan resultaron condenados, por robar mucho dinero a los andaluces cuando el paro y la necesidad asolaba todas y cada una de las ocho ciudades del sur, ella les defendió, asegurando que había corruptos buenos y malos. Chaves y Griñán eran de los buenos, claro está, porque no tuvieron lucro personal. 

Pero todo esto son elucubraciones, seguramente a Sánchez le critiquen por guapo, a Puente por feo y a Marisu por su gran gestión: la envidia española, que es muy mala. 

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