En Moncloa ya le llaman la ‘agorera’. La titular de Economía, Nadia Calviño, se ha convertido en el Pepito Grillo de un Ejecutivo que vive en un mundo de gominola: el presidente no quiere escuchar malas noticias y la titular de Economía se empeña en que las cuentas no salen… mientras el presidente se empeña en que le apoye el Frente Popular que le llevó a Moncloa y que no hace otra cosa que exigir más gasto social

Pero el IVA es un mantra de la izquierda: no se toca

Dicho de otra forma, ni el petróleo, ni el precio del dinero, vientos que ya no soplan tan a favor, permitirán mantener el derroche social con el que el PSOE se mantiene en el poder sin subir los impuestos básicos: IRPF o IVA. Porque las tasas y las cuotas sociales –ya abusivas– no permiten mantener el creciente gasto en pensiones ni las reclamaciones continuas de Podemos, casi todas ellas, un atentado contra la pequeña propiedad privada.

Y la persecución al diésel de la ministra Ribera, la talibana ecologista, tampoco ayuda. El aparato de imagen de Moncloa recuerda que ese detalle provocó la explosión de los chalecos amarillos.

Lo lógico sería subir el IVA. Pero el IVA es un mantra de la izquierda: no se toca. Y el caso es que los impuestos al consumo son lo único que pueden salvar las cuentas públicas. Si hablamos de incrementar impuestos, claro está, porque reducir el gasto, con el Frente Popular como socio, resulta imposible. ‘Gominolo’ Sánchez saldría de Moncloa en 48 horas.

Y Nadia Calviño insiste en que las cuentas para 2019 no salen

El otro agorero, esto es, el otro ministro sensato, José Borrell, el hombre que se enfrenta al Sánchez cuando este cree poder domesticar a la fiera separatista. Total, que en la última entrevista con la agencia EFE, Sánchez ya indicó que Borrell sería un gran candidato para encabezar la lista del PSOE a las europeas. Para quien ya ha sido presidente del Parlamento europeo, el halago se convierte en un insulto.

Y lo mismo ocurre con Calviño, quien podría aceptar un puesto de comisario en la Comisión, pero no regresar al funcionariado bruselino. Pero las comisarias no están en manos de un Sánchez que cada vez pinta menos en una Unión Europea a la deriva.

Y Calviño insiste en que las cuentas para 2019 no salen. Ya ha reducido una décima la previsión clave, la del PIB y continúa insistiendo, de forma asaz impertinente, en que las cuentas no salen. O cambia o a esta chica le quedan dos telediarios.