La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha pedido revisar el programa de reindustrialización porque no ha mejorado la competitividad empresarial. En su estudio, critica su modesto impacto, así como su elevado coste financiero y su morosidad, por lo que propone redefinirlo con objetivos claros a los que dar respuesta.

El organismo que preside José Luis Escrivá ha evaluado convocatorias del Programa de Reindustrialización y Competitividad Industrial (RCI) entre 2008 y 2016, donde se financiaron unos 5.000 proyectos con cerca de 4.900 millones de euros en préstamos, y de los que a finales de 2017, el saldo vivo era de unos 3.300 millones. Además, ha calculado el impacto en inversión y empleo por convocatoria en 208 millones y 4.700 puestos de trabajo, pues sólo un 4,5% de las empresas españolas ha solicitado RCI y de estas, cerca de la mitad resultaron beneficiarias.

La AIReF estima en 1.000 millones (unos 201.000 por préstamo) el coste, pero podría llegar a alcanzar en total los 1.260 millones. Mientras que el coste por intereses ha alcanzado los 830 millones. Y claro todo esto no es nada positivo, teniendo en cuenta que los programas RCI no han mejorado la competitividad empresarial