Ha pasado algo más de un mes desde la última reunión (21 de marzo) entre los sindicatos y la patronal bancaria que terminó sin ningún acuerdo y, lo que es peor, sin ningún acercamiento entre las partes. Ni siquiera la amenaza de una huelga general, convocada para el día siguiente, coincidiendo con la Junta del Santander, hizo recular a la AEB de Alejandra Kindelán, ex del Santander. La huelga tuvo lugar y la patronal tampoco se movió. Está claro que no se lo pondrá fácil a los representantes de los trabajadores.

Lo que no se termina de entender, en cualquier caso, es la lentitud en las negociaciones. Es cierto que la semana siguiente a la última reunión fue Semana Santa, pero desde entonces ha habido tiempo de sobra para volver a sentarse. Al parecer no hay prisa y la próxima reunión se celebrará el jueves 25 de abril.

Los sindicatos acudirán a la cita con dos propuestas: la de CCOO, UGT y Fine, que aglutinan alrededor del 70% de la representación, y la de la Federación Independiente Bancaria (FIB), con el 15%. El resto está en manos de los minoritarios CGT y ELA/CIG.

El punto gordiano de la negociación y en el que la patronal se ha mostrado más intransigente es en la derogación del artículo 5 del anterior convenio, que permite absorciones y compensaciones que provocan, en la práctica, la congelación salarial para gran parte de los empleados. La AEB, como decimos, quiere mantenerlo a toda costa, mientras CCOO, UGT y Fine proponen mantenerlo, aunque con una cláusula transitoria para salvar de su aplicación al 80% de la plantilla. FIB es el único sindicato que propone derogarlo completamente.

La duración del convenio es otro de los puntos calientes porque mientras CCOO, UGT y Fine proponen tres años de duración, hasta 2026, FIB lo extiende hasta cuatro con el fin de separarlo lo más posible de las próximas elecciones sindicales, que se celebrarán en 2027. Sea como fuere, la duración del convenio es el punto en el que más cerca están las partes, ya que la AEB defiende como máximo cuatro años de vigencia.

Sin duda, el principal escollo de la negociación, además del artículo 5 mencionado más arriba, es el aumento salarial y la recuperación del poder adquisitivo. Las diferencias son grandes, no sólo con la patronal sino también entre los sindicatos, concretamente entre FIB, la propuesta más ambiciosa, y CCOO, UGT y Fine.

Que la propuesta de la AEB sea la más raquítica no sorprende (subida de tablas del 3,5%, 2,75%, 2% y 1,7% anuales, hasta 2027, y sin compensación por la pérdida de poder adquisitivo), pero que los representantes de los trabajadores no vayan a la mesa con una única propuesta, sí es llamativo. CCOO, UGT y Fine proponen subidas de tablas del 4% anual cada año de vigencia (12% en total), con una paga única del 3% para compensar la pérdida de poder adquisitivo.

FIB, por su parte, propone una subida del 5% el primer año y del 4% los dos siguientes, revisable al alza según el IPC (en total, subida del 13% revisable según el IPC). Además, para recuperar el poder adquisitivo, propone una paga de 1.700 euros pensionable y no compensable ni absorbible.

Lo dicho: el jueves 25 se volverán a sentar para intentar llegar a un acuerdo. Y la AEB acude con ventaja porque los sindicatos no van unidos, con una única propuesta, sino con dos. Además, la de CCOO y UGT, los mayoritarios, no es la más ambiciosa.