El acoso de Cebrián y la elección de Sandro Rosell como presidente del Barça han tumbado a Jaume Roures. El empresario se había convertido en el editor favorito del zapaterismo. En Barcelona se rumorea que el objetivo del concurso de acreedores es retrasar el pago de 120 millones exigidos por PRISA

Como ya adelantara Hispanidad, PRISA ha ahormado a Mediapro, accionista de referencia de La Sexta con una sentencia que le daba la razón en lo referente a los derechos de retransmisión televisiva del fútbol liguero. Por si fuera poco, Sandro Rosell se ha impuesto en las elecciones a la presidencia del Barça, una pésima noticia para Mediapro, dado que Rosell, íntimo del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, se dispone a renegociar el contrato de los derechos del Barça, naturalmente al alza.

Por otra parte, Mediapro ha propiciado una huida hacia delante acaparando derechos de retransmisión y la compra de periódicos en quiebra para ponerlos al servicio del zapaterismo. No olvidemos que Mediapro es el propietaria de Público (25 millones de euros de pérdidas anuales), de El Periódico de Extremadura y su última adquisición es La Voz de Asturias.

De todas maneras, la crisis definitiva la abrió Televisa que, harta de perder dinero y no participar en la gestión, pone en venta el paquete del 40% de La Sexta, principal activo de Mediapro. El sueño mediático de Zapatero se hunde, ahora tendrá que enfrentarse con PRISA lo que no creo que le haga ninguna gracia.

Precisamente, lo que se rumorea en Barcelona es que Jaume Roures y Tatxo Benet han forzado la suspensión de pagos para retrasar los 120 millones que les exigía el Grupo Prisa. En rigor, la empresa afectada por el concurso de acreedores es la fiial de Mediapro que posee los disputados derechos de retransmisión, pero es la parte del león del negocio de Mediapro, que puede arratrar a todo el grupo. Y no olvidemos el precitado deseo de Televisa de abandonar La Sexta, buque insignia del grupo pro-Zapatero.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com