Carlos Cuerpo durará mucho como ministro de Economía. Se parece a su mentor, Nadia Calviño, a la hora de repetir las consignas: el miércoles 17 aseguró en Estados Unidos que el Gobierno tiene instrumentos para proteger a empresas estratégicas. No seas cínico, Cuerpo: en el Gobierno no queréis proteger a Naturgy, propiedad de Caixa-Criteria: lo que queréis es controlarla.

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Pero nunca Cuerpo tendrá la categoría de enredo, de atar cabos y desatar nudos, de jugar con las palabras y los conceptos de la vicepresidenta primera y titular de la cartera de Hacienda, María Jesús Montero. Y Marisu lo ha dejado claro entre semivalores oscuros: el Gobierno, asegura la sevillana, no permitirá que una empresa emiratí, estatal, Taqa, controle la española Naturgy.

Nunca debieron entrar los fondos en el Consejo de Naturgy. Los fondos de hoy no buscan rentabilidad: buscan el control. Se han convertido en depredadores de las empresas

No, no se está refiriendo Marisu a que prohibirá la entrada de los emiratíes: lo que está diciendo, en una operación descarada, calcada de la de Telefónica, es aprovechar el ofrecimiento, ojo, nacido en España, a Abu Dabi de entrar en Naturgy para correr presuroso a "proteger " al agredido... conquistándolo yo, metiendo al Gobierno en el Consejo de Naturgy.

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Para entendernos, Sánchez está creando su propio INI y a bajo precio... si no fuera porque sabemos que la protección de Pedro Sánchez se parece a la de Vito Corleone: sí, te protegeré, con tal de que me entregues tu vida y patrimonio a cambio de mi protección. Es decir, te libro de tu amo a cambio de que me aceptes por amo. No te liberas, cambias de esclavista.

En resumen, el INI de Sánchez no protege: el Gobierno está a un paso de entrar en Naturgy, como ha entrado en Telefónica, llevado en volandas por la morbosa ambición de poder del presidente del Gobierno, quien pretende controlar, la política, la empresa y la información españolas.

María Jesús Montero asegura que el Gobierno quiere defender la españolidad de empresas estratégicas. Pues entonces que haga lo que hacen los gobiernos: legislar, no conquistar. Esto es, prohibir la entrada de extranjeros, sobre todo, estatales, en las empresas estratégicas y en paz

Y todo esto no es más que un gran disparate. Ejemplo: a los argelinos de Sonatrach, que odian a Sánchez y Albares por el Sáhara, ¿les va a gustar que Teresa Ribera se siente en el Consejo? ¿Ella, la talibán verde que odia el gas, sí, por razones ideológicas? Eso sí, la misma talibán que aplaudió la entrada del australiano IFM, esto es, del peor de los tres fondos de Naturgy (Blackrock-GIP, CVC e IFM) porque creía que era un fondo de los suyos, de los que rentabilizaban las pensiones de los australianos. Demostró así doña Teresa que es una indocumentada que nada sabe de pensiones anglosajonas, ni de fondos, ni de empresas, ni de inversiones estatales. Pero ella no sabe que no sabe.

Por su parte, la precitada Marisu Montero asegura que el Gobierno quiere defender la españolidad de empresas estratégicas, en la misma línea que Óscar Puente refirió sobre Talgo. Pues entonces que haga lo que hacen los gobiernos: legislar, no conquistar. Esto es, prohibir la entrada de extranjeros, sobre todo estatales, en las empresas estratégicas y en paz. Al menos, las no europeas. ¿Es que no se dan cuenta que el regulador no puede ser también regulado?

Y de paso, Moncloa podría prohibir a los fondos que tomen participaciones de control y que entren en los consejos de las empresas.

No olvidemos que los gobiernos, como los fondos, juegan en bolsa con el dinero de los demás. El Gobierno con el dinero de los contribuyentes, los fondos con el dinero de sus partícipes... dinero de los demás

Por otra parte, no olvidemos que los gobiernos, como los fondos, juegan en bolsa con el dinero de los demás. El Gobierno con el dinero de los contribuyentes, los fondos con el dinero de sus partícipes... dinero de los demás. Y no responden de su gestión de fondos como un empresario, un CEO debe responder ante sus accionistas.

En cualquier caso, nunca debieron entrar los fondos en el Consejo de Naturgy. Los fondos de hoy no buscan rentabilidad: buscan el control. Con ello, se han convertido en depredadores de las empresa, que sólo pretenden dividendo y plusvalías bursátiles. Por tanto, son enemigos de lo más importante que puede hacer una empresa: invertir. Y además, les importa un bledo que sean empresas que prestan servicios básicos a la sociedad porque les importa un pimiento las necesidades primarias (alimentos, vivienda, agua, energía) de los españoles.

Bueno, en eso coinciden con Sánchez.