Observen la nota que ayer martes emitió Moncloa. Es igual que presidentes como el esloveno o el portugués le hayan dicho algo parecido a lo del presidente del PP, Núñez Feijóo: el reconocimiento del Estado palestino debe esperar a que termine la guerra, los judíos no pueden verse al borde del abismo y lo más importante, la operación debe configurarse mejor. Ejemplo: de qué Estado palestino hablamos: del de Cisjordania o del de Gaza, de la ANP o el de Hamás.

Es igual, Sánchez está emocionadísimo con ser el estadista de talla internacional que ha conseguido el Estado palestino, y ahora, en comunicado oficial, habla de apuesta por la "legalidad internacional". 

Vamos a ver, alma de cántaro: quienes rompieron la legalidad internacional, en 1948, fueron los palestinos, no los judíos éstos se conforman con la resolución de la ONU que les otorgaba una parte del territorio. Los otros, los palestinos, fueron los que la misma moche de la declaración del Estado de Israel iniciaron la primera guerra, apoyados por seis países árabes, con el saludable propósito de aniquilar a los judíos. A partir de entonces, han perdido media docena de guerras, que siempre han iniciado los palestinos con la excepción de las invasiones israelíes a raíz de atentados palestinos. 

Por tanto, la legalidad internacional es cosa de los judíos, los que la han incumplido son los palestinos. Y los que más han perdido, que de Tierra Santa hablamos, no son ni los judíos ni los palestinos: son los cristianos, Pero esos a don Pedro le importan más bien poco.