Nicolás Redondo se mostraba partidario de no banalizar lo que está sucediendo. Y lo digo en el País Vasco, donde hay zonas a donde el PP y el PSOE no pueden ir. Es necesario hoy decir que no, que basta ya también en Cataluña. Vienen asaltando las sedes del PP, condicionando la libertad de Arcadi Espada y los suyos, impidiendo la palabra. Esto es peligroso y es grave, y es más grave si algunos intentan banalizar lo que sucede. En la universidad, a González injustamente le abuchearon, al Presidente del Gobierno : la diferencia es que puede ser poco estético, pero no rompe el sistema democrático. Si se impide la voz y la palabra a un partido que está en la oposición, se corre el riesgo de totalitarismo. Maragall, sin matizaciones se ha puesto en contra. La información, el conocimiento, la educación, dan una cierta sensibilidad a las personas.

 

Y en cuanto a la posible expulsión de Rosa Díez del PSE, Redondo ha dicho que no se lo cree. Rosa ha establecido sus posiciones. Contrarias a la dirección del partido, sólo en un asunto, en lo que hace referencia al terrorismo de ETA. Ella sólo ha establecido posición radical en relación a ETA y el País Vasco. Y el presidente y López admitirán como razonable que Rosa está defendiendo lo que defendía su propio partido, y segundo, en este caso existe objeción de conciencia: sí existe la disciplina en los partidos, pero hay casos que son muy especiales y en los que la disciplina de partido no se puede imponer. Y la dirección del PSOE y la del PSE amputarían una parte importante de lo que ha sido el socialismo español. Yo creo que el presidente y López entienden estos dos argumentos.