José García Domínguez explicaba en la COPE la historia de las muñecas flamencas y los toritos: tiene que ver con la presentación en Barcelona de un plan estratégico de turismo de Huguet para los próximos 10 años, con un montón de apartados, y el enésimo de ellos habla de generar una muestra de souvenirs catalanes y un catálogo de iconos locales. (En Barcelona se ha llegado a llevar la idea del caganet a los hechos y proliferan por Barcelona). La señora que presentó este plan hizo un comentario sobre lo que compran los turistas en Las Ramblas... Y TV3 envió gente a Las Ramblas, a ver lo que compran. Y vieron que era el torito. Un concejal del PP de Barcelona dice que en realidad lo que quieren es prohibir el torito, o sea, que hace un juicio de intenciones, y algunos periodistas de Madrid interpretan que quieren prohibir el torito y las flamencas. Esto llega Barcelona y dicen: si allí lo defienden, hay que atacarlo. Lo dramático es que Tarradellas cuando llega a Cataluña dijo que estaba dispuesto a cualquier cosa menos al ridículo, y en Cataluña llevamos años haciendo el ridículo. Los tontos son infinitamente más malvados que los malos, porque no descansan nunca. Toda esta tontería ha sido creíble porque efectivamente hay una campaña contra lo español, por ejemplo, contra los toros.