Ni satisface por el castellano ni por la educación afectivo-sexual

 

El pacto de Estado de Educación tiene toda la pinta de ser un Zurbano II: pactos puntuales, de acuerdo; elevarlos a categoría de pacto de Estado, no. La oferta de Gabilondo no satisface ni a nacionalistas ni al PP en lo que a la enseñanza del castellano se refiere. No hay un compromiso de que el español deba de ser conocida, sino una mera referencia de que se harán esfuerzos. El PP no traga, aunque debería hacérselo ver. En Valencia se está aplicando la misma política lingüística que en Cataluña es un ejercicio de esquizofrenia política. Y en la Galicia de Feijóo, tres cuartas partes de lo mismo.

Tampoco satisface la oferta en materia de educación afectivo-sexual. Desde Profesionales por la Ética se denuncia que el Gobierno no sólo mantiene la polémica EpC sino que impondrá educación sexual gubernamental.

Los que sin embargo parecen medio satisfechos son los religiosos de la enseñanza y la CONCAPA. La razón: el Gobierno se compromete a ir equiparando los sueldos de la concertada a los existentes en la escuela pública. Una reivindicación histórica de los colegios religiosos. Por eso el presidente de CONCAPA, Luis Carbonel, agradece el esfuerzo del ministro y anuncia que estudiará la propuesta.

Lo único sólido de las 148 propuestas de Gabilondo es la valoración monetaria: el Ministerio se compromete a aportar 1.500 millones de euros en los próximos 3 años. Todo muy coherente con el plan de austeridad.

En resumen: no habrá foto con el PP. Y Gabilondo, cabizbajo, asume que todavía queda margen para el acuerdo. Eso sí, sabe que una foto sin la alternativa no es una foto. Se le quedó grande el traje. Y le faltaron bolsillos, es decir, concreción, coraje y voluntad política.