• El primer ministro francés presenta la dimisión de su Gobierno para formar mañana otro Ejecutivo.
  • Al desgaste de la popularidad de Valls se ha unido este fin de semana el descrédito público de los titulares de Educación y Economía por el rumbo de los recortes.
  • La economía gala registró un crecimiento 0 en el segundo trimestre y despertó alarmas en la UE.
  • Pero se rebela contra "la obsesión alemana" de la austeridad.
  • La Comisión Europea evita pronunciarse, pero recuerda a Hollande su compromiso de "mantener" la senda de reformas.

El primer ministro galo, Manuel Valls (en la imagen), ha presentado al presidente François Hollande una dimisión de todo su Gobierno para crear un nuevo Ejecutivo "el martes", según ha remitido el Eliseo en un escueto comunicado. Hollande ha tenido ocasión de hablar de ello durante la conmemoración del septuagésimo aniversario de la liberación de París, pero ha preferido limitarse a ensalzar a la resistencia francesa contra el régimen nazi.
Esta dimisión en bloque se produce después de hacerse público que la economía francesa continúa estancada ( 0%) durante el segundo trimestre del año; lo que despertó las alarmas en Europa.

Valls asumió la jefatura del Estado el pasado 31 de marzo, en un contexto de cambios acelerados debido a los malos resultados del Partido Socialista en las elecciones locales y la popularidad en mínimos históricos de Hollande. La evolución de la situación, con Manuel Valls al mando, no ha convencido a la población, y solo un 36% de los franceses están satisfechos con la gestión del político, según una encuesta del instituto Ifop. A este descrédito de los votantes se le suma la falta de apoyo en su propio Gabinete: los titulares de Economía y Educación, Arnaud Montebour y Benoît Hamon, han discrepado públicamente de la senda de recortes del Ejecutivo.

Aranaud Montebourg ha ido esta mañana más lejos, al defender la puesta en práctica de políticas alternativas en la Unión Europea para apoyar el consumo en los hogares. El ministro sostiene que las actuales políticas de reducción de déficit han dañado la economía del Continente, y han fomentado la aparición de partidos populistas y extremistas. Montebourg pide hacer frente a la "obsesión" de Alemania por la austeridad, y ha asegurado que cuenta con aliados: su homólogo alemán, el socialista Sigmar Gabriel, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, ha reiterado en España sus recetas.

La Comisión Europea ha rechazado pronunciarse al respecto, ya que considera que es una cuestión de "política interna", pero ha advertido del compromiso de Hollande de "mantener" el rumbo de reformas en el país.

Daniel Esparza

daniel@hispanidad.com