La cronología es la siguiente. La semana pasada, el presidente del lobby de los constructores G14, Pedro Pérez, sale a los medios a reclamar su carta a los Reyes Magos con cierto retraso. La conclusión fundamental: son necesarias ayudas públicas. Después, la Asociación Hipotecaria sale para advertir que la deuda de los promotores a las entidades financieras asciende a 325.000 millones de euros. Nadie le hace caso, así que posteriormente añade que los bancos no van a poder cobrar y se va a producir una crisis sistémica.
Zapatero ya adelanta en su entrevista en El País que no ayudará a los 'ladrilleros'. Y posteriormente, MAFO afirma en Vigo que no tiene sentido que los excesos de los promotores-financieros los termine pagando el contribuyente. Quien lo pone todo negro sobre blanco es FG: hay un exceso de crédito promotor y lo que tenemos que hacer las entidades es provisionar. Es decir, asumir la pérdida de una vez. Aunque duela. Rehacer los balances, lo que pedía Solbes hace ya 12 meses. Y de paso, añade FG, ajustar las valoraciones para ajustar oferta a demanda. Es decir, rejonazo al precio de los pisos. Exactamente lo que se niegan a hacer los promotores, lentos a la hora de asumir pérdidas. Todos han mirado para otro lado, todos han logrado refinanciar su deuda. Pero nadie se lo cree. MAFO achucha para reconocer las pérdidas de una vez y les obliga a provisionar. Y la provisión empieza a llegar con dos años de retraso. Nunca es tarde si la dicha es buena, aunque hemos perdido dos años. Sin FROB ni visos de que los haya
Y esta vez no será como en la crisis inmobiliaria de los 90. De esta crisis no se sale aguantando. Se sale asumiendo la realidad y la pérdida. Por muy dolorosa que sea. Sanear para poder empezar a recuperar. Reconocer con humildad los errores de los excesos del pasado y empezar de cero. Y hasta ahora sólo FG lo ha señalado con claridad meridiana. No se puede aguantar la mentira durante más tiempo.
