- Ahora, en 2017, más que nunca, hay que defender al no nacido.
- Y hablar contra el aborto hasta debajo del agua.
- El aborto sigue siendo mucho más que el aborto.
- Sería una gran cobardía no defender la vida del ser humano más inocente y más indefenso.
Festividad de los Santos Inocentes. No podemos dejar de hablar del aborto, sería una gran cobardía. Y si algunos oídos exquisitos pretenden forzar la mordaza sobre el asesinato del más inocente y más indefenso de todos los seres humanos, entonces es cuando
no hay que callar ni debajo del agua. Matar es malo, convertir el asesinato del indefenso en un derecho, es peor: es perverso.
Ahora bien,
no está bien visto hablar de la vida y hablar contra el aborto. Simplemente se ha excluido el asunto de la vida pública: no hace intelectual.
Pues bien, la solución sólo puede ser la de recordar que
el aborto es mucho más que el aborto: es toda una filosofía de vida, la única posible aunque el mundo actual la haya abandonado.
Hablemos de la vida y del aborto sin parar. No sólo por los abortados sino por sus padres. Ejemplo,
millones de mujeres que han abortado han quedado marcadas por haber terminado con la vida de sus hijos indefensos de forma violenta. Eso es algo que no se olvida y que nos lleva a la certeza más olvidada de todas: Que sólo el Señor de la Vida y, ante todo, de la Resurrección puede cicatrizar ciertas heridas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com