Cuando uno es usuario habitual del servicio de Renfe Cercanías en Madrid -gestionado por el Gobierno central, no por Ayuso- se le viene a la cabeza la última intervención del ministro de Transportes, Óscar Puente, definiendo al presidente Sánchez como "el puto amo". Y es que eso es lo que debe de pensar sobre Puente el desvalido pasajero de los trenes cuando de repente, sin previo aviso, el tren en el que viaja interrumpe su servicio en la madrileña estaciòn de Atocha, se apagan las luces y debe bajarse y buscar, sin saber dónde, porque los rótulos no indican las estaciones en las que paran los trenes, y sin que ningún empleado de Renfe le informe, en qué andén coger el siguiente.

puente

 

Puente es un 'crack', con una caradura impresionante, que mientras pide disculpas por las "incidencias puntuales", muestra un desinterés total por el día a día de quienes tienen que llegar, por ejemplo, a su trabajo utilizando este medio de transporte. Se atreve incluso el titular de Transportes a pedir a los usuarios: "Hay que acostumbrarse, son incidencias normales", en alusión a la vez en que salió ardiendo la cabina de un tren Cáceres-Madrid.

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Señor ministro no tome el pelo al usuario de Cercanías, pida menos disculpas y busque más soluciones.