Apenas horas después del discurso de Pedro Sánchez nos comunicara que se queda, tras días de intensa reflexión por la maldad de la derecha, sus chicos ya se han ensañado contra el Poder Judicial. Observen el cartel convocador. Los jueces son golpistas. De ahí a aniquilar a los jueces no adictos sólo hay un paso.

En paralelo, la periodista Ana Pardo de Vera pide la expulsión de las instituciones, por ejemplo, del Congreso, de los periodistas críticos con Sánchez, que, para ella, coinciden, punto por punto, con los periodistas fabricantes de bulos. Estamos hablando de los diarios digitales, porque en TV la única oposición que tiene Sánchez es la de Telemadrid y un telediario de Atresmedia, un sólo telediario, el de Vicente Vallés, y en cuanto al oligopolio de la prensa tradicional, en Moncloa saben perfectamente que cuentan con muchos amigos: Diario.es, Infolibre, Público (periódico que dirigiera Ana Pardo de Vera), etc.  

 

pardo

No, contra lo que va Sánchez es contra los diaros digitales, donde los hay críticos con el poder y otros, que no lo son. Ejemplo, no lo es El Confidencial, que es el que ha sacado más exclusivas sobre el caso Begoña Gómez. SIn embargo, miren por dónde, ahora también El Confi, o VozPopuli, u otros tantos digitales, no son mas que fabricantes de bulos a los que una periodista sanchista pide que el Estado fiscalice. Incluso habla de ayudas a la prensa. ¿A qué prensa? A Hispanidad el Gobierno no le ha pagado un euro en 28 años de vida.

En resumen, Sánchez ha abierto la veda contra jueces y periodistas, pero no contra todos, sino contra los que se atreven a enfrentase al gran hombre.

Y lo que resulta más triste es que tanto jueces como periodistas, siempre topan con un tiralevitas del Ejecutivo en sus propias filas. Cuando se trata de administrar justicia o de hablar con libertad para hablar y escribir, el peor enemigo no es el que está enfrente, Sánchez, sino el que tienes detrás, tu querido colega.

Pero lo importante: hay que defender la independencia judicial y la periodística frente al enemigo bolivariano: un tal Sánchez.