Sr. Director:
Ni por el momento en el que nos encontramos, ni por la naturaleza de lo que se trata, una ley de educación que afecta decisivamente al desarrollo integral de las personas y al futuro de la sociedad, ni por las formas, cómo se está tramitando, la ministra Celaá está siendo ejemplar, por decirlo sin acritud. Falta de trasparencia, inoportunidad, nocturnidad, alevosía, nula voluntad de acuerdos… podemos seguir, pero no hace falta.
En esta situación nos preguntamos ¿Qué más va a hacer la Iglesia públicamente en una cuestión medular, la ley de educación, que toca de lleno muchos aspectos de su misión hoy en la sociedad?