De todos es conocido que el daltonismo es un defecto visual consistente en confundir los colores. Hay distintos tipos y grados, el más frecuente es confundir el rojo y el verde.
La clase política española sufre una variedad de este tipo de daltonismo, que podríamos calificarla como: daltonismo tornadizo. No hace muchos años, cuando España caía vertiginosamente en el pozo de la crisis los políticos en el poder se aferraban a unos imaginarios brotes verdes, que la oposición los calificaba como peligrosas líneas rojas.
Se tornó el poder y aquellos que veían solo datos rojos ahora nos dibujan un horizonte esperanzador y plagado de un fulgurante verdor.
A todo esto, aquellos que en otros tiempos veían brotar el verde por doquier ahora nos señalan que son meras ilusiones, que todo se pinta de unos inquietantes datos muy rojos.
Lo peor es que como consecuencia de este daltonismo selectivo y tornadizo el ciudadano de a pie se ha contagiado de este defecto más con una extraña mutación, pues la mayoría de la ciudadanía todo lo ven en tres colores: marrón, morado y sobre todo negro.
Manuel Villena Lázaro