En vida de Jesús Polanco, el patriarca de PRISA, acompañado de Juan Luis Cebrián, recibió a Esperanza Aguirre y, con su grosera sequedad, también conocida como refrescante franqueza, le espetó: En este grupo sólo se odia a dos personas: a Rodríguez Zapatero y a tí. A lo que la presidenta de la Comunidad de Madrid respondió: Jesús, entonces yo me conformo con que me tratéis como a Zapatero.
La anécdota ilustra una de las grandes mentiras de periodismo español: que a PRISA no le cae bien Zapatero. Por supuesto, Cebrián, como Felipe González, considera que ZP es un ignorante resentido, insensato e ignorante a partes iguales. Pero PRISA no puede hundir a ZP porque le necesita, de la misma forma que no puede apoyar al PP porque se le hundirá el negocio. Ambos están condenados a entenderse en la línea de siempre: PRISA se cuida de la propaganda y el Gobierno utiliza el dinero público, el BOE y su influencia en los poderes económicos para que PRISA no quiebre. El resto, es satisfacer por etapas, la soberbia de Cebrián y el rencor de ZP. Lo dicho: están llamados en entenderse dentro de sus odios mutuos.
Es lo mismo que ocurre en el PSOE. La inmensa mayoría considera que su líder es un desastre pero, naturalmente, cierran filas en torno al hombre de la ceja porque saben lo mucho que perderían si hicieran lo que les pide el cuerpo: forzar un debate interno para echar a ZP.
Así, fuentes socialistas aseguran a Hispanidad que el pacto ya es un hecho. ZP seguirá presionando a la banca, especialmente al Santander, principal acreedor para que PRISA no se vea abocada al concurso de acreedores por su deuda de 5.000 millones de euros. El Gobierno ya ha presionando al Santander, Caixa y Caja Madrid, los principales acreedores para que retrasen durante cuatro años el pago de los 1.950 millones de euros de la OPA sobre Sogecable, un escándalo sin parangón en las refinanciaciones en España. Y no lo duden: seguirán refinanciando, es decir, condonando intereses, y al final, condonarán todo lo que el Banco de España -dirigido por otro amigo de PRISA, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, les permita.
Mientras, PRISA conseguirá la siguiente ecuación: PP=corrupción. Durante la Semana Santa, el enfoque del diario de PRISA ha cambiado totalmente; la portada del domingo, ya no se refería a Gürtel sino que, elevando la anécdota a categoría, hablaba de financiación ilegal del PP. El lunes no tenían nada que llevarse a la boca y El País publicaba por enésima vez el patrimonio personal no justificado del presidente de la diputación de Castellón, Carlos Fabra, suegro de Juan José Güemes, uno de los aspirantes a ser primer ejecutivo de Caja Madrid con Rodrigo Rato y al que algunos editores de derechas preparaban como el nuevo Adolfo Suárez de la Derecha española.
El pacto llega a más: Mayor Oreja iba a bien enfocado cuando apuntaba a un pacto gubernamental con ETA. Eso sí, ya no se trata de ninguna tregua. Se trata de que la banda se rinda, abandone las armas y comience una negociación a la irlandesa. Y se trata, también, de que el mejor amigo del El País, Alfredo Pérez Rubalcaba, llegue a vicepresidente del Gobierno, para salvar el proceso.
De hecho, en Moncloa se prepara la crisis que no pudo hacerse en Semana Santa: la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, saldría del gabinete y dejaría su puesto a un varón. Para no romper la paridad, Elena Salgado pasaría a ser vicepresidenta primera y Rubalcaba se quedaría como el vicepresidente segundo. Y para mantener la redicha paridad, a Manuel Chaves, vicepresidente tercero, se le quitaría el cargo de derecho como ya se le ha quitado de hecho, cargo que pasaría a ser ocupado bien por Carme Chacón bien por Cristina Garmendia, ambas igual de ambiciosas y lo suficientemente frívolas como para no hacer preguntas ante un ascenso.
De hecho, ZP sólo encuentra un problema. Pepe Blanco, su mano derecha, que tampoco quiere perderse una vicepresidencia.
Lo dicho, PP corrupto y terminar con el terrorismo. En materia económica, es decir, en el desastre del Zapatismo, espera a que escampe que aún quedan dos años de legislación.
Y algo más: Félix Monteira, director de Público, ex de PRISA, hombre de confianza de la Moncloa está haciendo de hombre bueno frente a Cebrián a fin de que los Polanco lleguen a un acuerdo con el otro gran multimedia de Zapatero, La Sexta-Mediapro. Si los Migueles y Roures se vieran obligados a pagar los 97 millones de euros que le adeudan a PRISA, ni la banca privada -y la pública- podrían salvar a Mediapro de la quiebra.
En el entretanto, Mariano Rajoy, el líder del PP vegeta en Génova convencido, nadie sabe por qué, tampoco sus asesores, que dos años no son nada y que los actuales seis puntos de ventaja en las encuestas sobre el PSOE le darán la victoria en 2012. Que se prepare, porque el ataque de PRISA, y con el País de todas las televisiones públicas y privadas, incluida A3 TV, afines al PSOE, van a convertir al PP en el partido más corrupto de la democracia española (sí es corrupto, como el PSOE, sólo que el PSOE es el que controla a fiscales y jueces) y ZP aspira, otra vez como en la primera legislatura, a ser el hombre que terminó con el terrorismo.
En resumen,estamos ane un pacto ente el PSOe y PRIsa, entre un Goierno y un grupo editorial, entre Zapatero y Cebrián. El primero, para ganar las elecciones de 2012; el segundo, para arreglar las cuentas de 2010 y años sucesivos. El primero, para extorsionar a los ciudadanos; el segundo, para extorsionar a la banca y a la gran empresa. Ambos, eso sí, tremendamente progresistas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com