El día 19 será beatificado Pablo VI, pontífice injustamente criticado y olvidado.
Quiero recordar que a él se debe, entre otras cosas, la famosa encíclica Humanae Vitae sobre la regulación de la natalidad. Este es un tema clave del Sínodo de la Familia que se celebra estos días en Roma.
Cabe reconsiderar también que tras la muerte de Juan XXIII, a Pablo VI le tocó concluir el Concilio Vaticano II y gobernar la agitada Iglesia postconciliar en una de las crisis más terribles de su historia eclesiástica. Víctima de ataques despiadados de integristas lefebrianos, de curas guerrilleros, de promotores de la revolución sexual, y de una prensa sin escrúpulos, Pablo VI logró mantener el rumbo de la Iglesia a través de una revolución que hizo tambalear las bases morales de una civilización.
Fue, además un Papa social, dialogante, ecuménico, piadoso… tal vez demasiado moderno y profético para ser entendido por los hombres de su tiempo. Sin duda tienen bien merecida la beatificación.
Jesús D Mez Madrid