Ya dijimos en nuestra anterior edición que Sarkozy pretendía exportar el modelo de incentivos bonus-malus a Alemania y Gran Bretaña. Con Merkel ha encontrado eco. Merkel está muy quemada de que los gestores de las entidades financieras sigan cobrando bonus millonarios mientras que sus entidades están hechas unos zorros. Eso sí, matiza como lo hacíamos nosotros ayer- que habría que buscar algún sistema que asegurará que los incentivos positivos obedecieran a una buena gestión y no a un manejo cortoplacista.
Dicho esto, lo que está claro es que esta fórmula de replanteamiento de los incentivos va a ser abanderada por Europa de cara a la próxima cumbre del G20. Las reuniones de momento han sido muy poco eficaces, pero uno de los puntos de la agenda desde el minuto uno siempre fue modificar el sistema de incentivos de los gestores. Así que ahora existe una oportunidad sobre la base de un acuerdo concreto: el alcanzado por Sarkozy con las entidades financieras francesas.