Sr. Director:
Pienso que en el quinto aniversario de la elección de Joseph Ratzinger al solio pontifico es obligatorio un reconocimiento público a la generosa entrega de Benedicto XVI al servicio del Evangelio, personalmente ya lo he hecho, pero me parece que desde este medio también se puede hacer, al menos estas líneas eso pretenden.

 

El Papa gobierna la Iglesia con la firmeza de la esperanza y con la dulzura de la caridad, conoce bien los desgarros del corazón del hombre moderno al que pretende hablar de tú a tú, de corazón a corazón, con el testimonio de una fe que hace más bella, libre y razonable la vida del hombre.

Y es que Benedicto XVI ha cumplido cinco años en los que no ha cejado en el empeño de mostrarnos el camino de la felicidad auténtica, de la vida verdadera.

¿No les parece que esta dedicación merece algo más que lo que está recibiendo por parte de algunos grupos y medios de comunicación? 

Pedro J. Piqueras Ibáñez