Tenía algo de miedo el vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes a la subidas de fin de año, pero el Gobierno zapatero ha atravesado el Rubicón sin romperse ni mancharse. El año 2006 se ha inaugurado con fuertes subidas en toda una gama de productos básicos. La luz sube por encima de la inflación pero, además, subirá en junio. Las subidas de Gas Natural se han repartido a lo largo del año, pero triplican el IPC. Lo mismo puede decirse de los transportes públicos, que se han disparado en toda España, con la excusa del precio del gasóleo.
Quizás la subida más peligrosa haya sido la del butano que se ha elevado un 10,5%. Con el Partido Popular, la bombona de butano se convirtió en la manía personal de Ana Botella, que siempre exigía bueno, aconsejaba- que no subiera, dado que su factura afectaba a las economías más modestas. La verdad es que afecta a las más modestas y a aquellos que tienen una segunda residencia en un lugar de vacaciones o allí donde no llega la red de Gas Natural (que, como ustedes saben, es gas corriente y moliente, pero dejemos eso).
Esa sí es una subida peligrosa, la obsesión de Ana Botella, especialmente con el escaso desarrollo del llamado Gas Natural, aunque era necesario. Además, el butano es el empleado, por lo general, por las economías domésticas, aunque también por los más ricos: por los que cuentan con una segunda casa en el campo.
Los transportes también crecen por encima de la inflación, y la inflación continúa siendo un problema. Sólo que no es el principal problema económico de los españoles, sino del Gobierno. Los dos principales problemas son los bajos salarios y los altísimos precios de la vivienda (que han continuado creciendo al 10%, algo menos que el 15% acumulado anual de los últimos años, pero igualmente inasumibles para las jóvenes.
En cualquier caso, el Gobierno ha aprobado fuentes subidas sin especiales protestas.