En su edición anterior, Hispanidad se equivocó al pronosticar que la huelga de los pilotos de Iberia iba a continuar tras el previsible desacuerdo de la reunión de conciliación que tenían previsto celebrar dirección y sindicatos durante la tarde del miércoles 12. En efecto, a primeras horas de la mañana de ese mismo día el sindicato de pilotos desconvocaba los paros, según ellos el Ministerio de Fomento habría dado garantías de que se mantendrían sus puestos de trabajo. La verdad es que esas garantías eran las mismas ofrecidas por la empresa el mismo día en que se iniciaron los paros, es decir: garantía de que se mantendrían los puestos de trabajo, pero no de que se cumplirían las exigencias económicas de los pilotos: aumento de salario de IPC más dos puntos hasta los sesenta y cinco años.
Por tanto, los pilotos -que tenían en su contra a los usuarios y a los trabajadores de tierra de la compañía- han dado marcha atrás y, como prurito final han exigido que sea el Ministerio de Fomento quien asegure los puestos de trabajo, concesión que ya había realizado la Dirección de Iberia.
Lo que no deja de ser curioso, dado que el Ministerio de Fomento no es quien para asegurar el mantenimiento de los puestos de trabajo en ninguna compañía privada. Pero todo sea por lavar la cara