Como con la reforma educativa el tiempo total de permanencia del profesor en el centro no aumenta con las reformas, el mayor número de horas de clase significa restar tiempo a otras ocupaciones: tutorías, preparación de clases, corrección de exámenes, horas de refuerzo.
En este punto -y no en la cuestión del mayor número de alumnos por aula- las reivindicaciones contra los recortes sí tienen motivo: habrá menos tiempo para preparar clases o para horas de refuerzo, tan necesarias para los alumnos que parten con desventajas educativas, como señala el informe de FEDEA. Esto puede perjudicar la calidad de la educación. Con todo, también hay que decir que la jornada laboral de los profesores españoles -con cerca de 240 horas menos por año que la media de la OCDE- permanecerá intacta, con lo que otra posible solución sería aumentarla, al menos hasta suplir lo que se pierde en tiempo de preparación de clases.
Otro informe de FEDEA apunta otras posibles reformas del sistema educativo, que redundarían en la mejora de la calidad y que no suponen un desembolso importante de dinero: fomentar la rendición de cuentas de los centros sometiéndolos a evaluaciones externas, aumentar la autonomía de los colegios, afrontar el problema de falta de disciplina (propone en concreto instaurar una especie de "carné por puntos" educativo), etc.
Jesús D Mez Madrid