Casado y Egea, como Aznar y Rajoy: pretenden instrumentalizar al movimiento provida
A las 9,00 horas del domingo 24, el catedrático de Historia, Javier Paredes, publicaba en Hispanidad su “Resistencia” semanal sobre el 25-M -día por la vida- con el siguiente título: “El movimiento provida español ha sido abortado… por venderse al Partido Popular”.
El PP vuelve a engañar a los católicos: propone una ley en defensa de la mujer embarazada… sin concretar. Otro episodio Gallardón
Tres horas después, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, se sumaba a la manifestación que recorría el centro de Madrid en favor de la vida y contra el aborto, organizada por decenas de organizaciones provida españolas, se comprometía, allí en miedo del ambiente, a una ley de protección a la maternidad para que las mujeres embarazadas cuenten “con el apoyo del Estado”.
Es decir, se repite otra vez el señuelo de la Ley Gallardón, una mínima ley de minivida que, al final, se quedó en el minúsculo permiso patrono de las menores para abortar y que, a pesar de su nimiedad, acabo con Gallardón devorado por el cocodrilo Mariano que siempre lagrimea cuando engulle a sus víctimas.
Pablo Casado defiende la ley de aborto de 1985, la de Felipe González, que provocó 100.000 abortos anuales en España
Oiga señor Egea, ¿y en qué consiste esa ley de protección a la embarazada? El PP, otro engaño, no concreta o aporta nimiedades. Porque si esa ayuda no consiste en que toda madre reciba un salario maternal por su contribución a la sociedad que, si algo necesita, son hijos.
Tal y como ocurre en Europa (por ejemplo en Alemania) hasta la mayoría de edad (ser padres no sólo consiste en engendrar, gestar y alumbrar, sino también en educar, que es lo más costoso) y ocurre lo que está sucediendo: otro engaño del PP, uno más en 34 años de historia abortera en España. Es en casos como este donde la cobardía del PP empieza a dar un poco de asco.
Todo país abortista es un país decadente: mata a sus propios hijos
Mientras, Pablo Casado defiende la ley de aborto de 1985, la de Felipe González, que provocó 100.000 abortos anuales, en lugar de decir: prometo elaborar una ley que prohíba el infanticidio desde la concepción hasta la muerte natural. Fin de la cita.
Porque no olvide usted, señor Casado, que todo país abortista es un país decadente: mata a sus propios hijos.
No me extraña que muchos provida hayan dejado de acudir a estas manifestaciones porque se sienten estafados, en especial por el Partido Popular.
Hoy lunes, 25 de marzo, es el día por la vida, fiesta de la Anunciación: piénselo.