Pedro Sáchez puso a Pablo Iglesias contra las cuerdas, el pasado jueves, al vetar su entrada como vicepresidente en el Gobierno socialista. Las condiciones eran claras: el PSOE aceptaría formar un gobierno de coalición con Podemos, siempre y cuando su líder no entrara en él... a cambio, podrían aceptar a su pareja, Irene Montero.

"Es una pretensión inasumible sacrificar el interés general al interés de una persona", sentenciaba la portavoz socialista, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A Iglesias no le quedaba otra que renunciar a la vicepresidencia, que podría ocupar su pareja. Y es que el PSOE no sólo vetaba al líder, sino que se mostraba dispuesto a considerar que Irene Montero ocupe un puesto como ministra.

"Mi presencia en el Consejo de Ministros no va a ser el problema siempre y cuando el PSOE asuma que no puede haber más vetos", ha comentado el líder, en respuesta a las declaraciones del presidente que lo calificaba de principal "escollo" capaz de impedir que la izquierda gobierne.

Por su parte, Pablo Echenique ya está trabajando en trasladar a los socialistas la intención de formar un gobierno de coalición con el PSOE.