Según informó ABC, el Gobierno social-comunista de España quiere que la eutanasia sea un ‘derecho’ al que puedan acceder todos los ciudadanos cuanto antes y sin ninguna cortapisa. Además, pretenden que se pueda aplicar no solo a enfermos terminales sino a personas con padecimientos crónicos incurables. La nueva prestación -que será incluida en el Sistema Nacional de Salud- se podrá realizar "en el domicilio particular” del paciente y no sólo en «hospitales públicos, concertados y privados» como señalaba el texto original.

Por contra, los comunistas portugueses se pronunciaron contra la eutanasia: “El Estado, que no pone medios para garantizar los cuidados paliativos, sí que los pondría para acabar con su vida”.

Y hoy recogemos los argumentos contra la eutanasia del grupo interdisciplinar de expertos Vidadigna, quien considera que la eutanasia “no es un avance en derechos, sino un grave retroceso social que encubre negación de ayudas eficaces posibles, cambio del rol médico con peligrosos actos no protegidos por el Derecho y que conduce al indiferentismo social, abandono y presión sutil y directa sobre las personas más vulnerables”.

Vidadigna añade que “ante el sufrimiento, la solución no es despojar a la sociedad de la responsabilidad promoviendo una muerte prematura, sino garantizar las condiciones para una vida digna hasta el final”.

Vidadigna se une, así,  al rechazo manifestado por el Comité de Bioética de España con unanimidad de todos sus miembros, al reciente comunicado de la máxima representación de los médicos de España (OMC) que ha solicitado la retirada de la tramitación de la ley, así como al  importante documento de la Plataforma ‘Los 7000’, firmado por relevantes personalidades sociales y jurídicas de distintas ideologías, que también han instado  al Gobierno a paralizar la ley.

Vidadigna considera indispensable ofrecer un Plan Personalizado para la persona que sufre, siendo obligado coordinar recursos para la atención integral al sufrimiento psicofísico, ofreciendo una respuesta eficaz y orientada a la plena satisfacción de la persona

Vidadigna considera indispensable ofrecer un Plan Personalizado para la persona que sufre, siendo obligado coordinar recursos para la atención integral al sufrimiento psicofísico, ofreciendo una respuesta eficaz y orientada a la plena satisfacción de la persona. Para ello se coordinará el profesional  responsable de la atención con otros profesionales que se precisen (especialistas en Salud Mental, psicooncólogos, trabajadores sociales, ayudas necesarias económicas o de acompañamiento, recursos asistenciales como prótesis articuladas,  etc).

Debería considerarse la presentación por parte del médico de este ‘Plan alternativo’.en el art. 8, como información previa al consentimiento,
 
Estas personas y sus familias deben estar especialmente protegidas y es necesario desarrollar un  plan sociosanitario que dé respuesta satisfactoria a su situación concreta. Ofrecerles la eutanasia como salida a su situación supone un cruel  acto de abandono social.
 
Ante el número creciente de enfermedades crónicas, degenerativas  han aparecido ingeniosos avances (tales como marcapasos diafragmático para evitar el uso del respirador, piercing en la lengua para conducir silla de ruedas, exoesqueletos robóticos, grados en electromedicina clínica),  en definitiva medicina vanguardista  que han puesto de manifiesto que, en la actualidad, disponemos de recursos y oportunidades que permiten afirmar que el sufrimiento crónico insoportable puede ser trabajado y controlado.
 
Todo ello representa  una oportunidad laboral y un importante reto socio-sanitario que abre nuevos cauces, más humanos y éticos, en la atención al sufrimiento, que la eutanasia.

En el afrontamiento de los procesos relativos a las ideaciones de muerte están descritas distintas fases de cambio psicológico sobre los que Salud Mental puede intervenir ayudando eficazmente a la persona en su sufrimiento. Negarles esta prestación asistencial  supone una falta asistencial muy grave.
 
Esto resulta acorde a las medidas que desarrollan los Planes de Prevención del suicidio que se están poniendo en marcha como sociedad civilizada.
 
El profesional médico sanitario podrá ejercer libremente su objeción de conciencia a la eutanasia,  para lo cual lo comunicará a su superior jerárquico directo, quien debe respetar deontológicamente dicha objeción de conciencia, tal como se hace en la actualidad en la ley del aborto. No se elaborarán, por tanto,  “listas negras” que podrían suponer una intromisión en  las convicciones ideológicas de cada profesional, de carácter intimidatorio y resultan totalmente innecesarias.
 
Declarar la eutanasia como muerte natural sería una  falsedad documental que además, impediría el registro epidemiológico de la causa de la muerte y su   cuantificación.
 
El requisito de ‘Certificación Notarial del consentimiento’ pretende disminuir  la probabilidad real de muertes inducidas en la  población más vulnerable (ancianos, depresiones, demencias de diferentes grados y personas ingresadas), cuyo riesgo no es desdeñable y  los controles han mostrado ser ineficaces en todos los países  con eutanasia, según las propias Comisiones nacionales de Control.

Por defectos en el consentimiento se pueden anular determinados contratos o donaciones. Una decisión irreversible sobre la propia vida no debería  permitirse  sin que se certifique dicha capacidad para consentir.  Y es que uno de los efectos más nocivos que se han constatado en aquellos países donde está legalizada  la eutanasia es una notable presencia de eutanasias no solicitadas  sobre todo en pacientes  mayores e ingresados,  que ha sido publicado en revistas científicas.