• Conclusión: los inversores no creen a Saracho y vuelven a tumbar la cotización… que ya estaba bastante tumbada.
  • Los mexicanos, que han esquilmado al Popular, ahora quieren trocearlo, liquidarlo y destruir el modelo Luis Valls.
  • Encima la alusión a nuevas ampliaciones de capital vuelven a derrumbar el valor.
  • Y la pregunta es: si se trata de vender, ¿para qué los fichajes de Saracho?
Sí, insistimos, el mexicano Antonio del Valle forma parte del consorcio Rockefeller, el hombre recientemente fallecido, una familia clave en el Nuevo Orden Mundial (NOM) y punto de unión entre masonería y satanismo. No es una opinión, son hechos y aquí están las pruebas. Sólo los tontos no tienen en cuenta este factor. ¿Significa esto que el Nuevo Orden Mundial quiere cargarse el modelo creado por Luis Valls? Sí, significa justamente eso, pero negar la evidencia, en este caso, no es complicado. Dicho esto, la Junta de Accionistas del lunes 10 acabó en fracaso y confusión. Como ya hemos dicho, Emilio Saracho empezó bien, hablando de una red de oficinas líder en banca de pymes y de muy alta calidad. El problema es que acabó por asegurar aquello de "ni podemos descartar el escenario de una fusión", al tiempo que solicitaba a la Junta permiso para ampliar capital y emitir bonos convertibles. Ni que decir tiene (vean las portadas de la prensa vegetal del martes) que el personal obvió la totalidad de su discurso para quedarse con el final: ampliación de capital y venta. Esto es: liquidación. Ahora bien, si ese es el objetivo, ¿para qué el fichaje de Ignacio Sánchez Asiaín o de Vitalino Nafría, expertos en banca comercial? ¿Para qué sanear los activos inmobiliarios y vender? Mejor vendérselos al BBVA, que tiene mucho interés en él y que lo sanee FG (incluso lo digitalizaría, que todo son ventajas). El mercado le respondió con un descenso del 9%, descenso que no se ha detenido en la jornada del martes. Y lo peor es que ha cundido el fatalismo y la división. Porque claro, los veteranos han visto cómo los mexicanos de Antonio del Valle, los mismos que han esquilmado al Popular, ahora quieren trocearlo, liquidarlo y destruir el modelo creado por Luis Valls. Ahora sólo el BCE y Luis de Guindos pueden hacer que impere la razón: decirle a Emilio Saracho que se ponga a sanear la entidad, que empiece a vender activos, jibarizar el banco y quedarse con la red, que es lo que funciona. Un nuevo Popular, más pequeño, más comercial, más independiente y menos inmobiliario, que fue el pecado de Ángel Ron. A día de hoy, el ambiente no es ese. Eulogio López eulogio@hispanidad.com