En Nueva Pescanova las aguas están bastante tranquilas, a pesar de que, durante las últimas semanas, algunos bancos de inversión han mostrado las ganas que tienen de que los actuales propietarios (la banca acreedora que cambió deuda por capital) vendan sus participaciones. Pero la estrategia no ha cambiado: hasta 2020, los bancos no se plantearán la posibilidad de salir, saben que Pescanova saneada valdrá mucho más.

Del grupo de entidades denominado G7 que refundó Nueva Pescanova en septiembre de 2017, actualmente sólo quedan cinco, tras las salidas de Bankia y BBVA el pasado año, tras vender sus respectivas participaciones del 3,5% y el 5,9%. Los cinco bancos son: Abanca, que es el principal accionista al ser dueño del 31% de la compañía; Banco Sabadell (24%); CaixaBank (15%, aproximadamente); Popular (hoy Santander) posee cerca de un 6% y el italiano UBI Banca (otro 6%).

Abanca (31%), Banco Sabadell (24%), CaixaBank (15%), Popular -hoy Banco Santander- (6%) y el italiano UBI Banca (6%) son los principales propietarios 

Llama la atención el cambio de postura de Abanca, porque primero no quiso saber nada cuando había que salvar la compañía, pero hace un año (tenía un 5,5%) se dio cuenta de que era una entidad gallega y que la Xunta podría enfadarse. Recuerden que pasó a llamarse Abanca en diciembre de 2014 pero no es otra cosa que las antiguas dos grandes cajas gallegas, Caiagalicai y Novacaixa, fusionadas, y su sede social está en Betanzos, La Coruña. Claro que el cambio de postura no extraña, pues cosas más raras se han visto tratándose de su presidente, Juan Carlos Escotet, que compró el banco sin dinero. Ahora es el primer accionista de Nueva Pescanova y se quedará en función de quién esté interesado en su 31% y cuánto dinero esté dispuesto a poner encima de la mesa.

Por cierto, en los últimos días, se ha conocido que Pescanova S.A. (o sea, la vieja, que es dueña de un 1,65% de la nueva) ha registrado unas pérdidas de 72.000 euros en su primer trimestre fiscal -1 diciembre al 28 de febrero-, casi tres veces más que durante el mismo periodo del año anterior, y aunque no tiene actividad productiva, tuvo unos ingresos de 82.000 euros por “el apoyo anual que recibe de Nueva Pescanova”. En su ejercicio 2018 -1 diciembre 2017 al 30 noviembre 2018-, los números rojos fueron de 179.000 euros, frente a los 6.000 del ejercicio anterior. Mientras que Nueva Pescanova va bien: cerró el año 2018 con un resultado neto de 5,4 millones de euros (frente a los 300.000 euros del año 2017) y una facturación de 1.008 millones (+1%) en 2018.