Este jueves, coincidiendo con el 75 aniversario del ‘Día D’ (el desembarco aliado en Normandía), es también un día D para la industria del motor. Y es que el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha cargado la fusión Renault-Fiat Chrysler, que iba a ser la primera transnacional por la irrupción del coche eléctrico.

El grupo italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA) ha retirado su oferta ante las pegas del Elíseo, dueño del 15% de Renault. Una noticia que ha provocado que ambos grupos iniciarán la sesión bursátil con caídas (del 3% en la Bolsa de Milán y del 7% en el parqué parisino, respectivamente), pero a lo largo del día la cosa ha cambiado un poco: FCA se ha dado la vuelta, llegándose a disparar un 11,7%, mientras Renault ha pronunciado su caída hasta el 6,7%; finalmente han cerrado la jornada con un alza del 0,085% y un descenso del 6,4%.

No se daban las "condiciones políticas", según FCA, y es que el Elíseo reclamaba muchas garantías: plantas, empleos, representación... 

El motivo de la retirada de la oferta de los italo-estadounidense se debe a que no se daban las “condiciones políticas” para continuar con éxito con el proyecto que buscaba crear el tercer grupo mundial automovilístico. Renault también ha apuntado al Elíseo como responsable del retraso, porque pidió a la junta directiva posponer la votación para decidir si aceptaba pedir más tiempo para responder.

El Gobierno francés se ha defendido, aludiendo a su trabajo de “forma constructiva”. Pero lo cierto es que pese a ver bien la fusión, reclamaba garantías: mantenimiento de plantas industriales y empleos (más de 48.000 personas) en Francia, una gobernanza equilibrada y representación en el consejo de la fusionada, continuidad para el proyecto de baterías eléctricas que tienen con Alemania y que la operación se hiciera “en el marco de la alianza entre Renault y Nissan”. Por eso no ha perdido la ocasión de tirar balones fuera, pues “faltaba obtener un apoyo explícito de Nissan”, ha señalado el ministro de Economía, Bruno Le Maire, en un comunicado. Por su parte, la firma japonesa (de la que Renault controla un 43% y que posee un 15% del grupo francés y un 34% de Mitsubishi) no se oponía a la fusión, pero quería “revisar profundamente” la alianza franco-nipona.

El ministro francés Le Maire tira balones fuera, porque faltaba "apoyo explícito" de Nissan, y su colega Darmanin no cierra del todo la puerta

Eso sí, el Elíseo no cierra completamente la puerta. El ministro de Cuentas Públicas, Gérald Darmanin, ha defendido a Le Maire, señalando que “Francia ha defendido los intereses franceses” y que “pedir tiempo para un matrimonio es normal”. Claro que conviene destacar que Macron es el presidente más intervencionista que ha tenido Francia… y eso que es socialista. Por ejemplo, se cargó a Gérard Mestrallet como presidente de Engie, con quien ya rozó en su etapa de ministro de Economía e Industria; también dice quien rige en Suez y decide sobre su futuro (se habló de fusión con Veolia) aunque se ha inclinado en el ‘caso Ghosn’