Sr. Director:
Al repasar las diferentes tarjetas de felicitación navideña de años anteriores de la actual familia real, se comprueba que en ninguna de ellas aparece algún motivo del significado religioso de la Navidad; sino que siempre contienen fotos de ambos (Felipe y Letizia); y ya después de nacidas sus hijas, con estas. Y lo mismo sucede en la de este año. Nunca se advierte un mínimo detalle siquiera de soslayo que pudiera evocarnos el auténtico significado de estas Fiestas y que nos condujera a identificar la postal de felicitación con la Navidad (si exceptuamos que en su interior o en su reverso, al menos suele poner el típico Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, eso sí: también en inglés).
Obviamente, esta deliberada mutilación y ausencia de algún detalle con sentido religioso propio de la Navidad, es algo buscado y querido; y aunque no resultaría extraño en alguien que alardee de progresismo laicista, como Pedro Sánchez o Zapatero, sin embargo resulta muy chocante en una familia real y en unos reyes de España respecto a una tradición de siglos. Por mucho que la Constitución afirme que «ninguna confesión tendrá carácter estatal» (que tan sesgadamente se ha ido malinterpretando para ignorar o marginar el cristianismo y el catolicismo), la Navidad es la Navidad y significa lo que significa. O así ha sido durante dos mil años; salvo que le demos el cambiazo por el solsticio de invierno o alguna cagadita progresista similar. Monarquía española... ¡quién te ha visto y quién te ve!









