Decíamos ayer mismo en Hispanidad que el aborto es tratado como un derecho fundamental, dentro y fuera de nuestras fronteras. La Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigida por Tedros Adhanom, uno de nuestros peores ciudadanos, está en plena campaña para promover el aborto hasta el mismísimo parto.

Tedros ha solicitado que ningún país se atreva a limitar el ‘derecho al aborto’ basándose en “límites de edad gestacional”. O sea, aborto libre hasta el mismísimo parto… y más allá.

En esta línea, como decimos, también va Europa: el Parlamento Europeo aprobó el "derecho al aborto", es decir, convertir la despenalización del aborto en derecho al aborto. De ahí, se irá a por el siguiente objetivo: instaurar el aborto a vencimiento, hasta el mismísimo momento del parto. España está metida por completo en la campaña del aborto, y para más progresismo, el aborto hasta el mismo momento del parto y como derecho en la Constitución.

En este contexto es más que necesario la decisión del Vaticano de poner el primer Belén provida, con una figura de la Virgen María embarazada. La artista costarricense Paula Sáenz Soto ha donado al Vaticano el pesebre de nombre Gaudium (Gozo), y el Papa León XIV, se lo ha agradecido: “Agradezco a la artista costarricense que, junto con el mensaje de paz de la Navidad, quiso lanzar también un llamamiento para proteger la vida desde la concepción”.

El Papa ha elegido para exponerlo el Aula Pablo VI del Vaticano, una amplia sala donde el León XIV celebrará próximamente las Audiencias Generales de los miércoles. Además, el Santo Padre alabó las 28.000 cintas de colores que simbolizan vidas preservadas gracias al acompañamiento de organizaciones católicas: “La escena representa una vida preservada del aborto gracias a la oración y al apoyo proporcionado por organizaciones católicas a muchas madres en situación de dificultad”. No son baladí las palabras del Papa, en un momento que las personas que rezan a las puertas de los abortorios son perseguidas y denunciadas, con el apoyo inlcuso de personas de dentro de la propia Iglesia. 

Además, ha inaugurado la decorción de la Plaza de San Pedro, con un árbol procedente de la ciudad italiana de Val d’Ultimo, en Ultental, a lo que hay que sumar un nacimiento de la Diócesis de Nocera Inferiore-Sarno. El Papa aseguró que la obra será un recordatorio para los peregrinos de todo el mundo de que “Dios se hace cercano a la humanidad, entrando en nuestra historia en la fragilidad de un niño”.

“En la pobreza de la gruta de Belén contemplamos un misterio de humildad y de amor”, afirmó. Además, destacó la figura de la Virgen María “como modelo de silencio adorante”, que custodia en su corazón todo lo vivido, mientras que los pastores glorifican a Dios y comparten lo que han visto y oído. Destacando la “necesidad de buscar momentos de silencio y oración en nuestra vida”.

Sobre el árbol de Navidad, el Pontífice aseguró que “es signo de vida y recuerda la esperanza que no se apaga incluso en el frío del invierno”. Para León XIV, las luces simbolizan a “Cristo, luz del mundo”, que viene a “disipar las tinieblas y a guiar nuestro camino”.