Al final, el PNV no ha podido salvar a Laura Abasolo y el presidente de Telefónica, Marc Murtra, la ha cesado este martes, tal y como adelantó Hispanidad a principios de noviembre. Su sucesor como director financiero y número tres del Grupo será Juan Azcue, hasta ahora director de Estrategia y Desarrollo Corporativo.
El asunto es que Murtra, además de cesar a Abasolo, la amenazó con llevarla a los tribunales, según él, por no avisarle de que las ventas de las filiales hispanoamericanas aflorarían pérdidas.
No sólo eso, el presidente humilló en público a la directora financiera sin caer en la cuenta de que era él el que estaba quedando como un auténtico ignorante: si tienes pérdidas latentes, estas afloran en cuanto se vende la filial. Es un principio básico de contabilidad, esa misma que Murtra ha estudiado… presuntamente. Además, basta un vistazo rápido al balance para conocer la situación de una compañía. Abasolo, que además de vasca es educada, aguantó el chaparrón y no quiso poner en evidencia al presidente.
El problema de Murtra es que se precipitó y metió la pata con la venta de Hispam. El ejemplo más claro, la filial en Argentina, que vendió justo cuando la economía del país comenzaba a resurgir. Y no, el presidente de Telefónica no se ajusta a la verdad cuando afirma que ese era el plan de José María Álvarez-Pallete. Lo que estableció el anterior presidente era no invertir en aquellos mercados mientras no pudiera actualizar las tarifas y si en el entretanto llegaba una oferta interesante, analizarla. Sea como fuere, en ningún caso se contempló malvenderlas, como ha hecho Murtra.











