A Carlos Ghosn se le acumulan los problemas, reinventando el refrán de no hay dos sin tres a no hay tres sin cuatro, porque es el número de detenciones que ya acumula. Ahora se acusa al expresidente de Renault y de la alianza del fabricante francés con Nissan y Mitsubishi por la supuesta apropiación de fondos de Nissan para su beneficio personal: habría dirigido dinero a la distribuidora de Omán desde 2015, operación con la que los fiscales japoneses sospechan que ha hecho perder unos cuatro millones de euros a Nissan (de estos, una parte pudo usarse para pagar su yate personal y otra habría ido a una empresa de inversiones estadounidense que gestiona uno de sus cuatro hijos).

La nueva detención llega cuando lleva casi un mes en libertad bajo fianza, aunque aún está acusado de violar la confianza de Nissan por pagos irregulares y haber cometido fraude fiscal al ocultar varias compensaciones económicas desde 2009. Y justo horas después de la reunión del Consejo de Administración de Renault, donde se ha informado de la auditoría interna que prueba algunos gastos preocupantes de Ghosn por implicar “prácticas cuestionables y ocultas”, y “violaciones de los principios éticos” de la compañía.

Los nuevos presidente, Jean-Dominique Senard, y CEO de Renault, Thierry Bolloré, tendrán una remuneración fija inferior a la de Ghosn

Renault ha recomendado a los accionistas que no aprueben la “jubilación sombrero” de 765.000 euros anuales (así se denomina el extra que reciben algunos altos ejecutivos franceses, más allá de la pensión que les corresponde por los años cotizados) ni la remuneración variable (1,2 millones de euros). Asimismo, ha debatido sobre lo que recibirán el nuevo presidente, Jean-Dominique Senard, (un fijo de 450.000 euros) y el nuevo CEO, Thierry Bolloré (unos 900.000 euros); cifras inferiores al fijo de Ghosn (un millón de euros).

Ahora la decisión está en manos de los accionistas (entre ellos, el Estado francés, que posee el 15%), en la Junta que se celebrará el 12 de junio. Además, también decidirán si aceptan a Annete Winker, anterior responsable de Smart (grupo Daimler) como nueva consejera independiente, en sustitución de Cherie Blair, esposa del ex primer ministro británico Tony Blair; así como a quien se proponga para ocupar la vacante de Philippe Lagayette.