El salesiano Tom Uzhunnalil estuvo más de 18 meses (concretamente, 557 días) secuestrado por terroristas yihadistas en Yemen. No sabe si eran de Estado Islámico, Al Qaeda u otros…, pero sí que eran árabes y miembros de un grupo fundamentalista islámico. A pesar de esta experiencia, “soy el mismo padre Tom, antes y ahora, no he cambiado”, ha afirmado y está convencido de que “la oración es el arma más poderosa del mundo” y fue decisiva para que hoy esté vivo y pueda dar su testimonio de fe.

En una conferencia en el Colegio Salesianos Atocha, este sacerdote indio ha contado que rezaba mucho: “me despertaba, daba gracias por el nuevo día y rezaba el Ángelus, padrenuestros, avemarías, glorias, varios rosarios al día y siempre pedía por las hermanas de la Caridad asesinadas y por mis captores, a los que perdoné desde el primer día”. “También celebraba espiritualmente la misa porque no tenía libros ni pan ni vino para consagrar. Todo eso me ayudó a mantenerme lúcido y vivo y a sentir que Dios estaba conmigo”, ha añadido.

Rezaba mucho y celebraba espiritualmente la misa... Todo eso me ayudó a sentir que Dios estaba conmigo

El padre Uzhunnalil duerme bien, no tiene pesadillas y nunca ha estado deprimido por lo que sufrió. Es cierto que los 557 días de secuestro estuvo encapuchado, pero ha señalado que nunca le pegaron y que siempre le dieron de comer, incluso cuando era el Ramadán. Aún así, perdió 22 kilos porque es diabético y necesita inyectarse insulina todos los días, pero no pudo hacerlo durante todo el tiempo de cautiverio.

Pero no solo habla de oración, también de perdón, que define como “la mejor de las medicinas”. Tras su liberación, se enteró de que una de las cinco hermanas de la Caridad había sobrevivido al ataque de los yihadistas (se escondió detrás de una puerta, rezó y no la encontraron aunque entraron varias veces a la habitación en la que estaba) y fue recibido por el Papa Francisco.

No descarta volver a Yemen: Si Dios me lo pide, por supuesto que volveré

El padre Tom Uzhunnalil ha concluido su mensaje agradeciendo, de nuevo, las oraciones para su liberación “porque sé que fueron decisivas para que hoy esté aquí y mi misión sea daros las gracias y asegurar que Dios todo lo puede con la oración”. Además, ha recordado que “Dios tiene una misión para cada uno de nosotros y si confiamos en Él superaremos las dificultades” y no ha descartado volver a Yemen: “Si Dios me lo pide, por supuesto que volveré”.