Como en la inolvidable novela de doña Agatha, ya no se sabe cuántos ministros de Pedro Sánchez, incluido el presidente, han sido 'tocados' por conductas impropias. Hay más ministros que en la obra de misterio, pero parece ser que hay una nueva orden: que ya no dimita nadie más.

No cabe duda de que el presidente del Gobierno ha hecho ¡grandes fichajes! y no dejan de crecerle los enanos: la última muestra se ve en el caso de Isabel Celaá. Y es que la ministra de Educación y portavoz del Ejecutivo ha ocultado un chalé de lujo en su declaración oficial de bienes, según informa Ok Diario.

Celaá debería haber incluido la mitad de la valoración del chalé (unos 775.000 euros) en su declaración de bienes

En concreto, en dicho documento publicado hace unos días en el Boletín Oficial del Estado (concretamente, en la página 443), solo constaba que los bienes inmuebles de Celaá valían en total 195.408,34 euros. Por tanto, ‘olvidó’ el chalé de lujo que tiene con su marido, José Ignacio Aspichueta, en gananciales, y que está situado en una urbanización exclusiva de Berango (Vizcaya), pues este inmueble vale más de 1,55 millones de euros y Celaá debería haber incluido la mitad de la valoración (unos 775.000 euros) en su declaración de bienes.

La defensa de Montero: en todos los valores catastrales ocurre que no se corresponde con el precio de mercado

Claro que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha salido a defender a Celaá, señalando que “en todos los valores catastrales ocurre que no se corresponde con el precio de mercado”, en una entrevista en Antena 3. Todo esto ocurre en un contexto que no es baladí: tras dos dimisiones en el Gobierno Sánchez (Màxim Huerta y Carmen Montón), se han publicado informaciones delicadas sobre dos ministros (Dolores Delgado y Pedro Duque), poniéndoles en el alero… a las que se suma la polémica por la famosa tesis de Sánchez. Eso sí, a Celaá solo se le ocurrió lanzar ataques contra la prensa… pero ahora es ella la protagonista de la noticia. ¿Quién será el siguiente? 

Y sobre todo, ¿cuántos negritos quedan en pie?