José Bogas ha insistido en defender que se alargue la vida de las nucleares españolas, una idea de la que se ha mostrado “intelectualmente partidario” en el evento Wake Up, Spain! organizado por El Español, Invertia y Disruptores. Eso sí, cree que para los dos reactores de la central de Almaraz “ya no hay tiempo para modificar, tienen muy asegurado su cierre”, pese a que la presidenta de la Junta de Extremadura, la pepera María Guardiola, apoya que se prolongue su vida útil, mientras la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, se empeña en el adiós en la asfixia a la nuclear sí o sí. 

En la misma línea que hace dos meses y medio, el CEO de Endesa ha vuelto a apostar por la energía nuclear, a pesar del calendario de cierres pactado con el Gobierno en 2019, pues ahora las circunstancias son distintas. Es más, ha subrayado que “una de cada cuatro veces que encendemos el interruptor” es gracias a la nuclear, “una energía limpia, que no emite CO2, da estabilidad al sistema, evita la utilización de combustibles fósiles y es muy relevante a nivel español”. Mientras en todo el mundo hay 410 reactores, 57 en construcción, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha señalado que hay que duplicar la nuclear y en la última Cumbre del Clima (la COP28) varios países se han comprometido a triplicarla. Además, ha subrayado que la nuclear aporta el 59% de la energía de Cataluña, por lo que “es un problema” cerrar las centrales de Ascó y Vandellós II.

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Bogas también ha insistido en cargar contra el impuestazo energético, por los más de 200 millones que paga Endesa, considerando que “afecta a la inversión, la productividad y al no crecimiento de la economía española, y tiene muchas consecuencias en el futuro”. “Es un freno tremendo a la inversión que no tiene ningún sentido”, ha continuado. Es más, cree que mantener ese impuesto extraordinario que se puso en una circunstancia extraordinaria que ya ha pasado “es un error estratégico y de país tremendo, que debería corregirse”. Y es que, como saben, dicho impuestazo se ha prorrogado, pero a cambio se iban a dar incentivos a las empresas que invirtieran a través de los Presupuestos de 2024, sólo que al final no habrá Presupuestos este año, sino que se han prorrogado los de 2023.

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Y por último, respecto a la recuperación de la Comisión Nacional de la Energía, Bogas la ve positiva siempre y cuando no se convierta en “veneno”, como cree que pretenden algunos. “Habrá que ver cómo funciona, pero que tengamos una institución focalizada y con recursos en el sector energético tiene que ser una cosa buena”, ha añadido.