Sr. Director: Las críticas a España por el caso Hasel son sorprendentes. En Europa se persigue el discurso del odio cada vez más y tienen una legislación mucho más restrictiva que España. Hace apenas dos meses en Francia un rapero llamado Maka ha sido condenado a dos años de prisión por apología del terrorismo en sus canciones; en Bélgica un cómico, Dieudonné, ha sido condenado a cárcel por incitar al odio desde el escenario; en el Reino Unido raperos de Ladbroke Grove han estado en prisión por fomentar la violencia en sus canciones y además si realizan nuevos vídeos en el futuro, deberán informar antes a Scotland Yard; en Suiza el grupo de rap Chaostruppe ha sido condenado por insultar gravemente en sus letras. En las democracias europeas no entienden que haya gente defendiendo a violentos como Hasel. ¿Qué tipo de sociedad democrática pretenden construir los que defienden el discurso del odio, de animar a asesinar a policías o a políticos que no piensan como tú?