Sr. Director: La vida política en España necesita grandes dosis de prudencia y reflexión. Los escándalos de corrupción y los efectos sociales de la crisis exacerban, con razón, las pasiones de los ciudadanos y movilizan las voluntades hacia posiciones regeneracionistas que prometen aire nuevo. Hasta aquí, nada que objetar. El problema aparece cuando los afanes regeneracionistas se venden en forma de certificados de pureza. El líder de Ciudadanos, hizo de la cruzada contra la corrupción el hilo conductor de la campaña electoral. Tiene razón cuando dice que España necesita un proyecto de país, pero desbarra cuando afirma que ese proyecto debe ser liderado solo por quienes han nacido ya en democracia. Haber nacido en democracia no es un mérito, y haber participado activamente en la vida política, desde 1978 hasta nuestros días, no es un vicio. Pedro J. Piqueras Ibáñez