No sé ustedes pero tengo la sensación de haber pasado por unas navidades de molde, sin alegre espontaneidad, comprimidas las ilusiones por la actualidad que no nos permite disfrutar -a nosotros, pobres ciudadanos- del día a día. Dicho esto, analicemos lo que sucede ahí arriba, en el Olimpo, donde los dioses disfrutan de unas magníficas vistas de nuestra vida. Como dioses que son, nos curiosean y piensan en sí mismos, observan qué es de nosotros y cómo nos despellejamos los unos a los otros por ellos. Veamos unos pocos hechos:

Entrega de la Cruz de Carlos III a Pablo Iglesias, otorgada por el gobierno de Pedro Sánchez. Y puesto a dar información… ¿A que no sabe quién es el gran Canciller de la orden? ¡Exacto, Pedro Sánchez! La incoherencia no es precisamente sutil, porque se la conceden a un republicano que ha perseguido a nuestro monarca pero que, a su vez, este se la impone a un republicano que le odiaba -o eso decía-; y este republicano de toda la vida no tiene la decencia de rechazarla. Groucho Marx se estará revolviendo en su tumba, pero de su risa, por aquello de “estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”. Pero no se lo pierdan porque esto no termina aquí, pocos conocen que la famosa Cruz de Carlos III fue rescatada por Francisco Franco después de que el congreso de la II República la retirara. ¡Vaya, por aquí no ha pasado la memoria democrática!

¿Cómo se puede tener la solvencia de anunciar planes hasta dentro de ocho años cuando -Sánchez- casi no ha sido capaz de sacar a adelante los Presupuestos Generales del Estado?

Otra interesante nota de actualidad que merece alguna observación es el mensaje de fin de año de Pedro Sánchez. Nada más empezar, lo dice sin tapujos, que la pandemia ha servido para preparar a la sociedad “a la nueva economía verde y digital”. Hmmm… ¿Era necesaria una pandemia global para preparar a una sociedad para este cambio? Parece ser que sí, porque a continuación dice, literalmente: “Debemos ser conscientes, y esta es la primera de las reflexiones, que me gustaría hacer al conjunto de la ciudadanía: debemos ser conscientes de que todas las naciones desde hoy hasta el año 2030, todos los países del mundo, vamos a definir las bases de nuestro progreso económico y nuestro bienestar social”. ¿Cómo se puede tener la solvencia de anunciar planes hasta dentro de ocho años cuando casi no ha sido capaz de sacar a adelante los Presupuestos Generales del Estado? Quizá porque el guión de la Agenda 2030 no lo escribe ni lo decide él, pero lo asume y lo ejecuta como propio, y quien llegue detrás de él también lo hará. En fin, es solo una reflexión. De toda la arenga propagandística del presidente, solo me interesa esto, sus intenciones globalistas, neoliberales, el sometimiento de sociedades completas a la esclavitud de la sociedad del bienestar, cada día más dependientes de ella y por lo tanto sometidos a una esclavitud tributaria que nos asfixiará, pero tranquilos, no dejarán que muramos porque si no de qué iban a vivir ellos.

Otro aspecto más social pero que como todo, depende del Olimpo, es la manera de gestionar la crisis pandémica. Diario Médico titula la siguiente noticia: «Ómicron, la vacuna de los no vacunados que podría poner fin a la pandemia. Los expertos creen que la rápida expansión de esta nueva variante podría ser el comienzo de la normalización». Sin embargo, no doy crédito, ni puedo estar más sorprendido, y me pregunto por qué los políticos son tan cobardes y tachan sus actuaciones de prudentes, con medidas más restrictivas, con cierres, con más mascarillas y pasaportes inmorales que dejan al descubierto la libre disponibilidad de la intimidad de las personas.

Llevamos -y va para dos años- un régimen de miedo, prohibiciones y obligaciones, de una economía que no da sosiego y un futuro incierto, con un ritmo de vida presionado por las circunstancias y la incertidumbre del día de mañana. Pero esto nos pasa aquí, en la tierra, es decir, a usted y a mí, porque en la esfera de la casta política la vida se vive de otra forma, hasta se cogen vacaciones casi escolares sus señorías, entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, aunque el responsable de la oposición, Pablo Casado, ha exigido que Pedro Sánchez vuelva de sus vacaciones pagadas por todos los españoles y afronte los problemas reales como “tomar medidas contra la inflación y el precio de la luz, controlar el caos de la sexta ola de Covid-19 y el reparto a dedo de los fondos UE, ya que solo se ha ejecutado el 5% de 24.000 millones de euros”.

No doy crédito, ni puedo estar más sorprendido, y me pregunto por qué los políticos son tan cobardes y tachan sus actuaciones de prudentes, con medidas más restrictivas, con cierres, con más mascarillas y pasaportes inmorales que dejan al descubierto la libre disponibilidad de la intimidad de las personas

Pero como dice mi amigo Manolo Morillo, si hacemos balance de los tres meses de erupción del Cumbre Viejaen la agricultura ha provocado 1.200 hectáreas destruidas de las cuales 370 son de cultivo. O cómo las últimas inundaciones de la ribera del Ebro (que se producen cíclicamente cada lustro), que han anegado unas 14.000 hectáreas de cultivo, 10 veces más daños para los agricultores navarros y aragoneses (que sin duda repercutirán en los consumidores al comprar alimentos). Y ahora llega el contraste: todo esto desasistido de la atención de medios de comunicación audiovisuales, impresos y/o electrónicos. Los medios oficiales del Sistema no buscan informar de la verdad y sus consecuencias, sino anegar con espectáculos, tener audiencia cautiva para después engañar en los contenidos políticos y sociales.

Digitalización y recuperación económica (Almuzara) de José Joaquín Flechoso (Ed). En este caso, ya que el presidente nos avisa de que afrontamos un futuro “verde y digital” este libro nos ayudará a saber cómo hacerlo más fácil, pues en su contenido explica las ventajas de la digitalización, los procesos e incluso las ayudas económicas que existen para poner al día a tu empresa, ya sea jurídica o personal.

Bill Gates ¡Reset! (Libros Libres) de Carlos Astiz. Globalizando, que es gerundio. Gates no es el único globalista pero sí es quizá su máximo representante. Odiado y amado, mitad y mitad, el mundo le coloca en el punto de vista de todos los que de alguna manera se sienten intimidados por esa filantropía que cuanto más hace por la humanidad más dinero gana. Con Bill se demuestra que la filantropía pura y dura no existe. Lo da todo a cambio de una sola cosa: la libertad del mundo.

Una vuelta de tuerca (Sekotia) de Humberto Pérez-Tomé. Y ya que he dado cera a los medios de comunicación, y ya que escribo esta sección, y ya que soy el autor de esta novela… Me van a permitir que se la recomiende, pues precisamente el núcleo de la novela trata de la presión que grandes lobbies ejercen sobre un periodista que lucha y está en contra de la ideología de género y el poder omnímodo que pretende instaurar como nueva ideología global. No les hago spoiler, pero el final es feliz aunque no al estilo de “y comieron perdices”. ¡Que la disfruten!