El gran beneficiario sería Unión Fenosa. E.ON se quedará con una Endesa disminuida, por ejemplo, en las nucleares. La razón es que Zapatero no quiere más batallas: ahora está pendiente de ETA y de redondear el Estatut. El acuerdo podría quedar listo en la cumbre hispano-alemana del próximo jueves. La Caixa no perdería, si logra fusionar Repsol YPF, Iberdrola y Gas Natural

De regreso de vacaciones, el ministro de Industria, José Montilla, y el asesor económico de Zapatero, Miguel Sebastián, se han encontrado con una desagradable sorpresa: el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, ya no le apoya con el entusiasmo de antes. Recordemos que, simplificando mucho, Sebastián y Montilla apoyan sin reparos a Gas Natural, mientras el vicepresidente económico, Pedro Solbes, era el gran bastión de la eléctrica alemana E.ON en nuestro país. Hasta el momento, ganaba el tándem Sebastián-Montilla, pero ahora, en vísperas de la Cumbre hispano-alemana del próximo jueves, cuando Ángela Merkel recibe a Zapatero en Berlín, el asunto ha cambiado. Hasta ahora, el escenario era muy simple: La Comisión Nacional de la Energía (CNE) le vetaría la OPA a E.ON basada en argumentos como la seguridad nacional (centrales nucleares) y la garantía del suministro, que E.ON consigue de Rusia. Ahora, por el contrario, se abre paso la siguiente solución: La CNE no vetaría la OPA aunque exigiría condiciones duras a E.ON, a quien se entregaría una Endesa troceada. El gran beneficiario sería Unión Fenosa, de Florentino Pérez, que se convertiría (con Cepsa o sin ella, esto está más difícil) en la tercera, sino segunda, compañía del sector. Desde luego, las centrales nucleares quedarían al margen de E.ON, aunque la verdad es que a Wulf Bernotat, presidente de E.ON, lo único que le interesa son los clientes y la electricidad producida quemando gas en ciclos combinados.

No por esta cumbre, sino por ETA, Zapatero es ahora un hombre pendiente del proceso de paz en Euskadi y de rematar el Estatut. No está dispuesto a abrir un nuevo frente, por más que les guste a los nacionalistas catalanes. Su coste político en Europa podría ser tremendo, y no puede atender a todo los frentes.

Claro está que no puede fallarle a La caixa, que se ha dejado muchos pelos en la gatera. Recordemos que el primer envite de La Caixa para poner en orden sus inversiones energéticos, fue el de fusionar Repsol con Gas Natural, Endesa y Agbar. Luego se pensó en Iberdrola, pero aún entonces la pugna entre los distintos sectores de La Caixa no permitió abandonar la primera opción, la de Iberdrola, la que prohibió en su día el Gobierno Aznar. Ahora podría ser. Así, España contaría con su gran multinacional energética integral, y todos se protegerían a todos de una OPA hostil: Repsol a Iberdrola, Iberdrola a Repsol, y ambos a Gas Natural. La Caixa a BBK y todas las cajas de Iberdrola, formarían un núcleo duro, e inabordable, que asegure la continuidad. Casi podría decir que el gran problema sería elegir a un primer ejecutivo entre dos pesos pesados: Antonio Brufau, presidente de Repsol, e Ignacio S. Galán, vicepresidente de Iberdrola, y en breve plazo presidente.

En cualquier caso, los plazos continúan. El próximo día 25 la comisaria Neelie Kroes aprobará la OPA de E.ON, no significa nada, dado que la comisaria debe ceñirse a la libre competencia, y está claro que la OPA de E.ON no atenta contra la misma, dado que no está presente en España. Ahora bien, la CNE mirará otros asuntos, como el suministro energético o la seguridad nacional, y eso ya es otra cuestión donde se puede matizar mucho más.

La tercera alternativa, la de una Endesa independiente por ahora sólo Manuel Pizarro y Rafael Miranda son partidarios de la misma.