Éstos son mis principios. Pero si no le gustan tengo otros, dijo José Manuel Groucho Lara Marx, editor de Planeta.

Acto seguido se fue y firmó un acuerdo con Jaume Roures y José Miguel Contreras, con Mediapro, Imagina o Televisa (como lo quieran llamar), es decir con un Jaume Roures que se califica como comunista y anticlerical y con José Miguel Contreras, el asesor de Zapatero.

¿Pero no quedamos en que A-3 TV era el canal del PP? ¿No es La Razón, diario de Planeta y de A-3 TV, el diario que alberga la firma del cardenal Antonio Cañizares? Cómo se combina Onda Cero con el Gran Wyoming?

Son principios firmes, idearios ante los que José Manuel Lara nunca cede, al menos en una serie de valores negociables que son los siguientes:

1. Cuenta de resultados saneada.

2. Ideario sin rentabilidad de nada sirve, porque rentabilidad sin ideario proporciona dividendos.

3. Toda convicción rotunda es fruto del fanatismo.

4. El progreso es que el patrimonio de don José Manuel continúe ascendiendo.

5. Madrileños en Madrid y catalanes en Barcelona, La Razón y Avui (éste ya no, que era un saco de pérdidas), PSOE y PP, todo es bueno para el convento, para el planetario convento.

Por lo demás, con la noticia de la Unión entre La Sexta y A-3 TV (exclusiva de Expansión, todo hay que decirlo, aunque creo que hablar de ultimar es mucho hablar, no creo que eso se cierre de inmediato) comenzamos a superar el oligopolio: cuatro se convertirán en dos -Tele 5-Cuatro y A3 TV-La Sexta-, republicanos y demócratas, o quizás todos demócratas, porque lo cierto es que da lo mismo: la TV española se rige por el pensamiento único de lo políticamente correcto. No hay alternativa, al menos en televisión. La digitalización, avance técnico nacido para multiplicar el pluralismo está sirviendo para reducirlo, a mayor gloria del poder político, financiero y cultural imperante. En breve se fusionarán Berlusconi y los Polanco (El País entra en Villacerdosa) que, como se sabe, son dos almas gemelas, como las de Lara y Roures. Los unos son progres de izquierdas y los otros progres de derechas, ambas parejas se llevan insultando desde hace décadas, pero ahora resulta que se aman, almas gemelas y que, después de todo, las ideologías han muerto y han nacido los intereses. Eso sí, intereses muy nobles. Ninguno de ellos se vende porque sí: se venden por dinero y por poder.

Zapatero ha otorgado todos los canales de TV al oligopolio editorial, a saber: PRISA, Mediapro, Planeta, Vocento, RCS-El Mundo y Mediaset. Si se fusionan La Sexta y A3-TV dispondrán, por el momento, de ocho canales -programaciones- de alcance nacional. Si lo hacen Tele 5 y Cuatro otros 8. Ningún canal de alcance nacional se ha otorgado a otro que no sea el oligopolio. Y ahora van los oligopolistas y, para reducir aún más la variedad, la policromía, es decir, el pluralismo, y unen fuerzas.

¿Qué queda enfrente, por aquello de contrastar? ¿Cuál es la alternativa? Como siempre, queda el Cristianismo. En términos societarios, queda la cadena COPE y queda Internet, confidenciales y blogueros, porque en la red las divisiones digitales del oligopolio intentan coparla y el Gobierno siempre solícito al oligopolio, intenta censurar y cerrar en nombre de la Propiedad Intelectual (Recuerden la nueva KGB: CPI o Comisión de Propiedad Intelectual) las páginas críticas con el poder, alegando, naturalmente, falta de rigor y seriedad.

Éstos son mis principios, pero, si no le gustan, tengo otros. De hecho, hemos cambiado el pluralismo externo por el pluralismo interno: distintas voces pero con un mismo dueño. Y Cebrián y Berlusconi podrán decir lo mismo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com