Kilómetros de atascos en el puente del 1 de mayo. Hoteles repletos, restaurantes desbordados, por lo que el servicio que prestan tanto unos como otros resulta bastante insufrible para el cliente. Deseos ardientes de volver a Madrid o a Barcelona, más que nada para poder descansar en casa o en el trabajo. Es un movimiento frenético, que proporciona, además, una imparable sensación de "lleno", de "hacinamiento". Lo cual ocurre, no porque haya mucha gente, sino porque estamos todos en los mismos sitios: de lunes a viernes en las macrourbes; de lunes a viernes en las carreteras, en los medios de transportes y en los mal llamados lugares de ocio.

¿Por qué se mueve tanto la gente? ¿Por qué parece adicta a un descanso caro y cansado? ¿Por qué el puente del 1 de mayo ha colapsado las carreteras convirtiéndolas en un verdadero infierno? Desde luego no porque a la gente le sobre le dinero sino porque apenas tiene familia, ergo no tiene en quién gastarlo, salvo en sí mismo, y en moverse por el mundo : es el dinamismo continuo. En mi opinión, tremendamente aburrido, porque es sabido que la sociedad del ocio aburre hasta los difuntos. Sobre todo si es ocio programado.

Eulogio López