El País está desolado porque “las derechas” han conseguido “judicializar” el ‘caso Begoña Gómez’. El diario de Miguel Yuste, o de Gran Vía, emplea el plural con la misma intención que Pedro Sánchez: hay cuando menos, dos derechas: la política y la mediática. Naturalmente, no existe izquierda mediática sino periodismo independiente, ni existe Gobierno de izquierdas, sino un Ejecutivo compasivo, que se preocupa por los ciudadanos.

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Pero vamos al caso: el mismo político y el mismo diario que manifiestan que las derechas utiliza a la justicia contra un familiar del presidente (a la familia hay que dejarla en paz, asegura Marisu, sobre todo a la del presidente del Gobierno) son los que utilizan, no a la prensa, no a Manos limpias, sino a la Fiscalía y a la Agencia Tributaria, ambas instituciones dependientes del PSOE, contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Y antes de que los jueces hablen, Sánchez, hoy atribulado por tanta maldad, ya había condenado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, territorio PP, y exigido a Alberto Núñez Feijóo que le cesara.

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Lo que Sánchez no entiende es muy sencillo: le están aplicando su propia medicina (lo mismo que el dijo Begoña Villacís a Pablo Iglesias). Porque quien a hierro mata, a hierro muere. Y como dicen los niños: fue usted el que empezó. Así que ahora no ponga morritos.