Supongamos que en España mueren todos los días miles de personas por accidentes de tráfico en las carreteras, y ni la DGT ni el Gobierno ni el Ministerio hacen nada. Este terrible hecho acapararía titulares día tras día y sería un escándalo social, sin embargo, en nuestro país ya hay más muertes que nacimientos, las instituciones no ponen remedio, y aquí nadie dice nada. Con esta comparativa explicaba la "quiebra demográfica" que sufre España el presidente del Instituto de Política Familiar (IPF), Mariano Martínez-Aedo.

No hay fórmula mágica, pero "no hacer nada es lo único que no se puede hacer", sostiene Martínez-Aedo en la presentación de informe Evolución de la Familia en España 2023. Indicadores Sociales. 

El IPF incide en que el país está inmerso en un "invierno demográfico nunca visto": "La quiebra demográfica es ya una triste realidad en España sin que las administraciones hagan nada para solucionarlo. España corre el riesgo de desaparecer como sociedad si no aborda de inmediato su demografía y natalidad. Es el séptimo país del mundo con peor fecundidad".

Los datos, sacados de informes de organismos como el INE, el Ministerio de Sanidad, Eurostat, CGPJ u OCDE, hablan por sí solos. España, "lleva más de 40 años por debajo del nivel de reemplazo generacional; se necesitan, al menos, 266.000 nacimientos más anuales para asegurar el nivel de reemplazo general. Mueren 135.000 personas más de las que nacen en España. Todo ello está convirtiendo a España aceleradamente en una nación vieja, con casi 3 millones más de personas mayores que de jóvenes". 

"La segunda conclusión, prosigue Martínez-Aedo, es que el matrimonio no sólo no está siendo promocionado, sino que, en muchos casos, es atacado tanto a nivel sociopolítico, como legislativo e, incluso, a nivel cultural, amén de no contar con ayudas y medidas necesarias". Se ha pasado de más de 271.000 matrimonios en 1975 a ser apenas 179.000 en 2022.

Y lo más preocupante en materia de divorcio, 5 de cada 9 parejas que se divorcian tienen hijos. Tan solo en los últimos 10 años (2013-2022) más de 900.000 hijos dependientes se han visto afectados por el divorcio de sus padres

El desplome de la tasa de nupcialidad (número de matrimonios por cada 1.000 habitantes) ha sido de tal magnitud que ha pasado de una tasa de 7,18 en 1.975 hasta una tasa de 3,74 en año 2022. España es el país de la UE27 donde más tarde se casan las parejas. De hecho, tan sólo el 11% de los hombres y el 19% de las mujeres se casan antes de los 30 años. Se producen 84.551 rupturas anuales (2022), de las cuales 81.302 son divorcios (96,2%), 3.210 separaciones (3,8%) y 39 nulidades (0,1%). Los divorcios han pasado de 50.000 en el 2004 a más de 81.000 divorcios en 2022.

Y lo más preocupante en materia de divorcio, 5 de cada 9 parejas que se divorcian tienen hijos. Tan solo en los últimos 10 años (2013-2022) más de 900.000 hijos dependientes se han visto afectados por el divorcio de sus padres.  

Pero sin duda una de los puntos más agónicos que sufre España es la falta de natalidad. Nacen 340.127 niños menos que en 1975. 

España (con 1,16 hijos/mujer) está muy alejado del nivel de reemplazo generación (2,1) y se coloca en el furgón de cola de la natalidad mundial y europeo. De hecho es, junto a Malta, el último de la UE27.

El déficit de natalidad en España es de tal magnitud que está provocando la inversión de la pirámide poblacional. El hecho de que cada vez se tenga hijos más tarde (a los 32,61 años de media), siendo las españolas, junto con las irlandesas, las mujeres de la UE27 que tienen su primer hijo más tarde, dificulta la posibilidad de que haya un aumento de nacimientos en los próximos años.

A lo que hay que sumar otro problema, en la última década las mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años) han disminuido en 1 millón, pasando de ser 11,4 millones (2012) a ser 10,4 millones (2022), siendo más acentuado en las jóvenes. 

Desde el IPF defienden que, mientras en otros países, gobierne derecha o izquierda, se han tomado medidas, aquí no hay ayudas. Recuerdan que en España sólo se da una ayuda de 100 euros por hijo hasta los tres años, medida que incorporó al sistema Rodrigo Rato allá por el año 2002, han pasado 22 años y esa ayuda sólo ha sufrido un avance: cuando el Gobierno de Aznar la aprobó era para mujeres trabajadoras, desde el año pasado, también la reciben las madres en paro. 

Advierten que en 2070 la pirámide poblacional "se habrá invertido" e insisten en que es "un error absoluto" que las ayudas para la familia sean "sólo para pobres". La visión en España para las ayudas a la natalidad es de "ayuda social" usando la renta siempre como límite: "tener hijos no es algo de ricos o de pobres". "Los hijos son la principal riqueza social y las familias deberían recibir una compensación por ellos por parte de las instituciones públicas".